Borja Iglesias hizo el gesto de mandar callar a la grada tras su gol en Tarragona y LaLiga había avisado de que, tras lo que sucedió con Piqué en Cornellá, iba a entrar de oficio en estas acciones si hacía falta. El árbitro no incluyó el gesto en su acta, pero sí lo hizo el informador de ese partido. Ahora, una vez presentada la denuncia, el Comité de Competición le abrirá hoy un expediente informativo y en principio la próxima semana decidirá si ese expediente acaba en sanción, de uno a tres partidos, aunque en el escrito de la denuncia se habla hasta de cuatro a doce, en multa económica o en nada.

LaLiga ha elegido al ariete gallego como cabeza de turco para tomar una posible medida ejemplar. A favor de Borja juega que no es reincidente y además que pidió perdón tras el partido. Si Competición cree que el gesto es susceptible de ser ofensivo la sanción es de uno a tres partidos, pero dados los atenuantes sería la mínima, de un encuentro, que cumpliría ante el Numancia, puesto que ante el Oviedo el expediente no estará resuelto.

El Zaragoza, en un comunicado, quiso manifestar su «estupor y desaprobación por la denuncia», aseguró el club. «El gesto nunca puede ser considerado un atentado contra la dignidad y el decoro deportivos; ni un acto contrario al buen orden deportivo. Y no pretende ser tampoco una provocación al público. Se trata de una solicitud de respeto hacia su persona y a la afición del Real Zaragoza, ante el inapropiado comportamiento de un sector de la afición del equipo local. El Real Zaragoza expresa su convicción en que el gesto no lleva implícita ofensa alguna ni falta de respeto. Y tal y como se indica en el escrito de LaLiga, el futbolista reaccionó de inmediato, pidiendo disculpas», añadió la SAD.

En la denuncia de LaLiga se hace constar el gesto de Borja hacia la grada tras marcar. En esa zona, donde estaban ubicados los aficionados de la Peña Orgull Grana, el punta se tuvo que escuchar continuos insultos. «Tras la finalización del partido, el jugador manifiesta que: ‘si a alguien le ha parecido muy mal, pues le pido perdón’. Indicar, adicionalmente, que el público ha mantenido un adecuado comportamiento durante el transcurso del partido», dice LaLiga.

«El 7 de febrero, LaLiga informó que cualquier celebración ofensiva de gol que pudiera generar crispación en el público o que se considerara como contraria al buen orden deportivo, aun cuando no fuera reflejada en el acta arbitral, se trasladaría a este Comité», añade la LFP. Esa nota pública fue justo después de lo sucedido con Piqué. Las posibles sanciones varían dependiendo de que «la provocación obtenga el propósito perseguido de provocar la animosidad del público. Si se produce, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos; si no, la suspensión será de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes. Esto siempre que el Comité considere que la celebración denunciada supone una provocación», agrega la nota. Al no provocar una animosidad del público, como así admite la denuncia, al decir que la afición tuvo un adecuado comportamiento, la sanción a aplicar estaría entre uno y tres partidos. LaLiga incide por último en el carácter atenuante de la petición de perdón de Borja.