Lleva ya unos días el padre y representante de Leandro Cabrera en Zaragoza y tiene pendiente una conversación con Juliá para antes de irse a mediados de enero. En ella, se retomará una renovación que en los términos de verano es imposible por parte del jugador, al que se le ofrecieron dos años y unos emolumentos similares, o hasta algo inferiores, a los que percibe, unos 300.000 euros de ficha. Por eso la rechazó. Cabrera tiene tomada la decisión de agotar su contrato hasta junio, de no salir en enero y ser dueño de su futuro para decidirse por la mejor oferta que tenga.

El Zaragoza, si sigue en Segunda, va a ser imposible que llegue a las aspiraciones del central. En Primera, claro, la óptica es diferente, aunque habrá que ver si Cabrera no ha decidido su destino ya antes de ese hipotético ascenso. Con todo, su representante apuesta por terminar de escuchar al club aragonés y por eso se quiere sentar a hablar con Juliá, con el que ya charló brevemente estos días, nada más aterrizar en Zaragoza.

El uruguayo tiene cartel en la Championship, donde hay clubs interesados, sin ofertas formales para este enero por ahora, y ha rechazado la posibilidad de irse al Maccabi de Tel Aviv, donde Jordi Cruyff es el director deportivo, en este mes tras el tanteo que le hizo el club israelí.