Ya está abierto el mercado de fichajes de invierno y con él, el coto de caza en el que se convierte la Segunda División en busca de los mejores ejemplares. Ese que establece la vara de medir de la ilusión zaragocista casi por encima del de verano. Siempre se ha considerado que en enero era el turno para hacer pequeños retoques en las plantillas, aprovechar las oportunidades que el mercado ofrece en bandeja e incluir nuevas piezas que mejorasen una base sólida. Por desgracia, el Real Zaragoza se ha acostumbrado en los últimos años a que este periodo de fichajes sea la diferencia entre la ilusión o el ni fu ni fa, entre el sueño real por el ascenso o una temporada más vagando por la Segunda División. El problema es el mercado, el dinero y que los jugadores son limitados, por lo que hay que pelear por las mejores piezas invernales con otros equipos.

Los retoques no serán tal, sino jugadores que vendrán para ser claves en el devenir zaragocista. El conjunto blanquillo, equipo más goleado de la parte alta de la tabla y el segundo tras el Mirandés, necesita imperiosamente mejorar la línea defensiva, especialmente el centro de la zaga. Popa, casi inédito, y Bagnack, cuyos errores son más cuantiosos que sus aciertos, no han cuajado en la disciplina aragonesa. Juliá y la parcela deportiva del club tienen muy claro que un central debería ser el primer refuerzo invernal. De hecho, la idea es que el nuevo defensor pueda estar el domingo ante el Girona para suplir la sensible baja de Marcelo Silva.

Primero, las salidas

Sin embargo, antes de entrar hay que dejar salir. Las limitaciones económicas de la LFP y las maltrechas arcas del Real Zaragoza obligan a descargar masa salarial para acometer nuevas incorporaciones. Entre los principales candidatos que se encuentran en el desfiladero para abandonar la disciplina blanquilla se encuentran Erik Morán y Juan Muñoz. De todos modos, el club también podría dar salida a Popa, Bagnack o Isaac Carcelén, jugadores que no están contando con excesiva confianza de Raúl Agné. El Real Oviedo, cuyo director deportivo es Martín González, anda detrás del centrocampista vasco, mientras que el Almería podría ser el destino del ariete cedido por el Sevilla. El club hispalense quiere que Muñoz se curta en la categoría de plata y tenga minutos, pero tras los últimos partidos, no parece que los deseos del Sevilla puedan ser satisfechos, por lo que las distintas partes no verían con malos ojos una salida.

Chuli, el elegido

El pronto desenlace de este escenario puede acelerar o retrasar la llegada de Chuli, el escogido por Raúl Agné para reforzar el ataque del Real Zaragoza. Según el entorno del jugador, el club aragonés «tiene muchas posibilidades» de ser su nuevo hogar y se cerraría un círculo abierto desde el final del verano de 2014, cuando la Liga impidió su inscripción y el onubense tuvo que quedarse en el Betis. El Almería quiere darle salida y Chuli, jugar en Zaragoza, así que el desenlace de la operación podría ser inminente.

Por último, la salida de Erik Morán obligaría a la dirección deportiva del club a encontrar un sustituto. La intención es que sea menos destructivo y de contención que el vasco y con mejor trato de balón, un perfil más similar al de Javi Ros que al de su compañero de batallas en la medular Alberto Zapater. Esas son las intenciones. Ahora bien, como ya avisó Agné, «el mercado de invierno, como en toda oferta y demanda, tiene un precio y nosotros nos moveremos en función del money (dinero) que tengamos». Esa es la realidad del club. El mercado de invierno pondrá, al final, a cada pieza en su sitio.