César Arzo (Villarreal, 1986) llegó a Zaragoza del Gent belga en el pasado mercado invernal. Aunque tenía uno de los sueldos más bajos de la plantilla, fue uno de los mejores jugadores de la segunda vuelta, pero el club, que tenía un derecho de tanteo sobre él, no ha movido ficha para igualar la oferta que le hizo su nuevo equipo, el Beitar Jerusalén.

--¿Ha sido un alivio salir de un club con tantos problemas?

--Un alivio no. Me voy un poco forzado, porque mi deseo ha sido siempre quedarme, pero desgraciadamente el club está pasando unos apuros muy grandes económicamente y eso me ha llevado a aceptar la oferta que me ha pasado por delante. La tienes que aceptar, porque estás trabajando, ganando el pan de tus hijos.

--¿El Zaragoza no ha hecho ningún movimiento para igualar esa proposición del Beitar?

--No. El entrenador y Charly (Cuartero) me han dicho que es una lástima, pero es inviable para el club. Me marcho con mucha tristeza y lamentando que el Zaragoza no haya podido igualar la oferta. Me sabe muy mal por la afición, pero creo que esta debe comprender que cada uno tiene que coger la mejor opción para él. Al Zaragoza siempre le voy a estar agradecido. Vine perdonando un contrato muy bueno por un sueño, subir a Primera, pero no ha podido ser.

--Estuvo el jueves en la Ciudad Deportiva. ¿Cómo vio a sus excompañeros?

--Como todo el mundo, con incertidumbre. No sabes qué va a pasar, quién va a coger el club, si van a contar contigo... Los jugadores están a la expectativa, esperando a que todo se soluciona. Ya solo queda una semana para ver si se deposita el dinero o si se pierde la categoría.

--Y si alguien pone el dinero, luego hay que hacer una plantilla...

--Preparar un equipo en un mes deja dudas de si podrá ser competitivo o no. Ayer estuve hablando con el míster y si Víctor se queda, que creo que se va a quedar a no ser que quien entre lo eche, estoy seguro de que puede hacer un equipo competitivo para pelear por lo que tiene que pelear el Real Zaragoza.

--¿Ha visto imágenes de la manifestación de la afición de ayer?

--Estuve por allí paseando, aunque nadie me reconoció. Se me puso la piel de gallina al ver cómo la gente siente los colores y son del Zaragoza. Es una lástima la situación del club con la afición que tiene.

--Israel está en conflicto con Palestina. ¿Se sintió seguro cuando fue a firmar?

--Es cosa más de los medios de comunicación, que exageran mucho. Israel es un país respaldado por Estados Unidos y hay una seguridad máxima. Estoy súper seguro. A Jerusalem y Tel-Aviv no llega nada, el conflicto está más en el sur del país.

--El año pasado tenía ganas de volver a España. ¿Es duro volver a tenerse que ir?

--Sí. Cuando volví de Bélgica me planteé quedarme en España, por mi familia y porque tenía ganas. Pero ahora los clubs españoles están en situaciones precarias y eso me hace salir otra vez, conocer nuevas culturas, aprender... No me asusta en absoluto afrontar un reto así. Me hubiese gustado quedarme en Zaragoza, pero llegué casi regalado, con una de las fichas más bajas de la plantilla, y al no sentirte valorado tienes que buscar otra cosa.

--Al menos le han ofrecido unas buenas condiciones...

--Para irme lejos, he firmado un muy buen contrato, de un año con opción a dos y espero que salga todo bien este año para prorrogarlo. No podía desaprovechar algo así, espero que la afición del Zaragoza lo entienda.

--Ya estuvo por allí. ¿Cómo vio al equipo? ¿Qué objetivo tienen?

--Me han sorprendido. Son gente joven, con mucha calidad. No me imaginaba que tuvieran ese nivel técnico. El club opta normalmente al campeonato, pero lleva un tiempo sin conseguirlo, ahora lo gana el Maccabi de Tel-Aviv. El Beitar siempre ha sido el equipo del país y vamos a intentar que lo vuelva a ser.

--¿Cómo valora su estancia en Zaragoza en lo deportivo?

--A nivel colectivo ha habido partidos en los que no hemos funcionado bien, pero no te puedo decir por qué. Personalmente, estoy contento. Creo que me gané el cariño de la afición y para mí eso es lo más importante.