La pesadilla de Cézary Wilk vuelve a tener fin, por tercera vez. El centrocampista polaco del Real Zaragoza sigue inmerso en el proceso de recuperación por la lesión que sufrió en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Todo estalló en un entrenamiento durante durante la pretemporada del curso pasado, donde recibió un golpe que le volvió a apartar del verde.

Tras una larga rehabilitación, el jugador comenzó a ver la luz durante el mes de abril, pero un agravio en la reconstrucción del ligamento cruzado de su rodilla derecha le hizo recaer y volver a sentir la crueldad de la cara más oscura del fútbol. El centrocampista de Varsovia ha comenzado estos últimos días a tocar balón junto a Andrés Ubieto y proseguir así con las pautas establecidas en su proceso de curación.

Cézary Wilk dispone de tiempo para cumplir con soltura los plazos de su recuperación, sin presión que le incite a apresurarse, ya que no dispone de ficha con la primera plantilla. El centrocampista finalizaba su vinculación con el Real Zaragoza a finales de la temporada pasada, pero el club le ofreció la renovación por una campaña para que siguiera recuperándose bajo el cariño de sus compañeros y con los profesionales de la entidad blanquilla.

En función de su recuperación, y de las sensaciones que tenga el jugador, la dirección deportiva valorará ofrecerle una de las fichas que hay libres. Por el momento, el jugador sigue en el ecuador de la rehabilitación. El paso de los meses y el estado físico de su pierna derecha dictaminarán si Wilk podrá volver a vestir la camiseta del Real Zaragoza en partido oficial.