Por segunda temporada consecutiva, Cezary Wilk se ha vuelto a destrozar la rodilla derecha. El polaco sufrió un fuerte golpe en la parte final del entrenamiento del lunes en la articulación ya operada el 29 de octubre pasado, que hizo saltar algunas alarmas, también en el propio futbolista, aunque las previsiones no apuntaban a una repetición de la lesión. Sin embargo, fue sometido a una resonancia magnética nuclear en el Hospital Quirón Zaragoza a última hora de la mañana de ayer en la que se puso de manifiesto que sufre afectación de la plastia del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.

El club, como dejó claro ayer Luis Milla, va a buscar un jugador con la ventana que se le abre con el permiso de la Liga. "Sí lo voy a pedir, Wilk es un futbolista importante que nos tenía que ayudar y necesitamos un jugador", aseguró el técnico zaragocista cuando se le preguntó si iba a pedir un jugador al club tras esta lesión de gravedad.

A Wilk la plastia que se le colocó cuando se lesionó en Montilivi el 24 de octubre se le ha roto y hay que volver a intervenir. En el parte médico no se incluye que en este golpe también se rompió el menisco, aunque esa rotura no afecta al tiempo de baja, que superará, como es habitual en estos casos, los seis meses. Si el club pide la baja para poder fichar ahora, Wilk ya no podría jugar en este curso.

El polaco, que estaba hundido ayer tras un segundo varapalo consecutivo que compromete su futuro como jugador, deberá decidir en los próximos días dónde es intervenido. El año pasado fue operado por doctor Maestro en el Hospital Quirónsalud de Zaragoza y ya no jugó el resto de campaña, aunque empezó la pretemporada con el grupo y había participado en dos partidos de Liga (Levante y Lugo) y en Copa ante el Valladolid.

Wilk, de 31 años, fichó por dos temporadas en el verano del 2015 tras acabar su vinculación con el Deportivo. Este verano, el club y Milla le abrieron la puerta a una salida porque con Zapater y Erik Morán veían bien cubierta la posición de mediocentro defensivo, pero el jugador prefirió quedarse y cumplir su contrato, que acaba en junio del 2017.

Al Zaragoza se le abren ahora 20 días hábiles para pedir la baja. La Liga autoriza un margen para fichar, pero con parámetros. Ese exceso se compensaría en el límite salarial del próximo curso. El club abona a Wilk un salario que ronda los 200.000 euros. A esa cifra hay que quitar la parte de los casi tres meses que se llevan de curso desde el 1 de julio (casi una cuarta parte) y, de la cifra resultante, se puede disponer de un 80%.

Así, la ventana para fichar rondaría los 130.000 euros, tanto de un jugador que está en el paro o de uno que esté jugando en España, en Primera o en Segunda. Milla pidió en la recta final del mercado un delantero (Juan Muñoz), un central (Bagnack), un lateral zurdo tras irse Rico (José Enrique, fichado del paro) y un centrocampista diferente, más ofensivo o de banda, que al final no llegó. Por ahí estarían las preferencias del club para fichar ahora.