Un centrocampista que pueda jugar como pivote y que aumente las posibilidades en la medular es el objetivo del Zaragoza para el último día del mercado. Para traerlo, el club tiene muy poco dinero para pagar la ficha de ese jugador que llegara --serían no más de 50.000 euros de ficha hasta junio-- y solo cambiaría el panorama si se da la salida de Jorge Díaz, al que tanto su entorno como el propio club están intentando convencer para que acepte irse en este mercado.

Con esa salida, que podría aumentar en algo menos de 100.000 euros el límite con el que cuenta hoy el Zaragoza, el margen subiría algo, quizá para que las urgencias de última hora puedan deparar algo más en ataque. Pero difícilmente va a llegar algo más que ese centrocampista que anuncio Juliá el sábado como quinta incorporación tras Dongou, Javi Ros, Campins y Manu Lanzarote.

Las últimas horas están suponiendo más dudas en Jorge Díaz en su firme decisión de no irse. Todavía se confía en que acabe por salir y acepte una cesión --en ningún caso una desvinculación-- para marcharse a otro equipo de Segunda, teniendo en cuenta que el fichaje de Alexander González por el Huesca le ha cerrado, salvo sorpresa, la puerta de llegar al club oscense. Con contrato como zaragocista hasta 2018, Jorge Díaz tiene dos equipos de la categoría de plata interesados en él, pero primero debe aceptar una salida que sigue sin ver clara pese a que sabe que con Carreras no va a tener oportunidades, algo que el propio técnico dejó claro tanto en su citación ante el Almería como en sus palabras en la previa de ese choque ante el conjunto andaluz.

EL ADIÓS DE ARIA

Mientras, ayer quedó cerrada la desvinculación de Aria, cantada desde hace semanas, y que apunta a regresar al fútbol japonés, de donde llegó en verano procedente del Tokio. Su salida en este enero ya parecía clara aunque Popovic, su principal valedor, no hubiera sido relevado, pero quedó ya sin dudas con la llegada de Carreras. Aria comenzó jugando de inicio, pero nunca se adaptó ni al ritmo ni a la velocidad del fútbol español y a Popovic no le quedó otra que relegarlo al banquillo. Con Carreras no ha jugado ni un solo minuto. Se va con 8 partidos de Liga jugados, cinco de titular, 335 minutos y ni un detalle que justificara de forma mínima su llegada.

La liberación de los salarios de Ortuño y de Aria --en este segundo caso es bajo-- y los 300.000 euros que tenía el club han quedado casi dilapidados con la llegada de Carreras al banquillo y de cuatro fichajes. Resta ese último centrocampista para completar una revolución que, en el caso de que Jorge Díaz salga, será de cinco altas y tres bajas.