Se podría decir que fue la instrucción 3/2014, firmada el 19 de noviembre del 2014 por la famosa Soledad García, directora del departamento de recaudación de la Agencia Tributaria, la que cambió la historia reciente del Real Zaragoza. Hasta ese día, la alta funcionaria estaba enrocada en una rígida postura contra los morosos en el fútbol y no permitía al club aragonés --en realidad, a ninguno-- firmar un convenio singular con el que se abriera una ventana de luz. La supervivencia, al cabo. Las gestiones realizadas por los patronos de la Fundación Zaragoza 2032, y en especial por César Alierta, sirvieron para que se abriera una vía de negociación que no existía, después de que la alta funcionaria hiciera una reinterpretación de una norma.

Esa instrucción cuarta (Deudores con acuerdos de aplazamiento o fraccionamiento del crédito privilegiado anteriores a la presente Instrucción), que bien podría haberse llamado Real Zaragoza, abrió unas negociaciones difíciles que terminaron el pasado 20 de enero con la firma de un convenio singular por el que la entidad aragonesa, además de hacer un desembolso inicial de 3,9 millones de euros, se comprometía a liquidar su deuda con el fisco de 30,5 millones de euros. Si las cosas le van bien deportivamente, lo podrá hacer en cinco años a razón de 5,4 millones anuales. Si no, tendrá que sufrir para pagar 4 cada temporada que pase en Segunda. Como máximo, ocho años.

Los aspectos nucleares del acuerdo son el reconocimiento de un crédito privilegiado total de 30,5 millones, de los que 22,6 (incluye principal, recargos de apremio e intereses de demora) corresponden a deudas vencidas y 7,9 a deudas aplazadas no vencidas; acuerdo singular de aplazamiento sobre los 22,6 millones vencidos y posibilidad de integrar en el futuro el resto de la deuda en las mismas condiciones.

Así, quedaron las siguientes condiciones: no hay quita; la espera es de un mínimo de 5 y un máximo de 8 años; hay un pago inicial de 3,9 millones (20% de la deuda del convenio), un pago anual de 3,7 millones en Primera y de 2,3 en Segunda; la obligación de destinar un porcentaje de los ingresos extraordinarios (venta o traspaso de jugadores, mejora derechos TV, ayudas al descenso, etc.) a adelantar el calendario de pagos; una garantía prendaria sobre los derechos de TV y los traspasos o cesiones de jugadores, así como el mantenimiento de la hipoteca sobre la Ciudad Deportiva.

Quedó la sensación de que era un convenio malo. El propio club admitió que no era "el que nos hubiera gustado". Es cierto que había un standard de 8 años y un 10% de entrada que al Zaragoza le convirtieron en cinco años en Primera y 20% de entrada, además de negociarle por porcentajes (20% en Primera y 12,5 en Segunda) en lugar de por años. No obstante, las negociaciones de Fernando Sainz de Varanda en Madrid, además de las gestiones con las que "agotamos nuestra capacidad de influencia", llevaron al Zaragoza a un posición mejorada, impensable hace unos meses. Es decir, incluso un mal convenio se puede entender como un éxito.

Los otros

No es el mejor convenio, sobre todo si se compara con los que firmaron hace ya años el Celta o el Recre, pero tampoco es malo al cotejarlo con los que se han firmado recientemente en los últimos años en el fútbol español (ver gráfico), mucho más si se tiene en cuenta que el resto están firmados en proceso concursal, por lo que algunos tienen unas condiciones mejores. La famosa Instrucción 3/14 impuso unas condiciones más estrictas para los que firmaban una vez aprobado el convenio concursal.

Estos son algunos trazos de los acuerdos, mejores cuanto antes se firmaron: Málaga (sin quita, pago inicial del 20%, a 5 años, ingresos extraordinarios y garantías); Granada (sin quita, dos pago inicial del 20% cada uno, a 4 años, con ingresos extraordinarios y garantías); Betis (sin quita, pago inicial del 7,5%, a 7 años, minoración en caso de descenso, con ingresos extraordinarios y garantías); Deportivo (pago inicial, a 8 años, con dos plazos anuales pero solo uno en Segunda); Celta (a 5 años, prorrogable otros 6, 1 millón de intereses); Valladolid (pago inicial, a 8 años, ampliación en Segunda).