El corazón del Real Zaragoza late con pasión. Lo hace gracias a sus canteranos. Aquellos jugadores que no solo tratan esta profesión con oficio, sino que además transportan al terreno de juego toda la pasión que cualquier aficionado les brinda de forma incondicional desde la grada.

Jorge Pombo, Julián Delmás, Raúl Guti y Daniel Lasure son los primeros espadas de una nueva hornada de jugadores procedentes del Deportivo Aragón. Estos cuatro jóvenes leones están llamados a ser los pilares maestros sobre los que el club aragonés debe cimentar su futuro. Todos ellos portan en su interior esa sangre blanquiazul que les hace diferentes, con los que se va a identificar una hinchada muy necesitada de referentes.

A Lasure, Delmás, Guti y Pombo no solo les une su amor incondicional por el Zaragoza, también lo hace una fuerte amistad. Una unión forjada por el vínculo de pertenencia al club, aquel que se va curtiendo a fuego rápido desde su paso por las categorías inferiores. Sus nombres comenzaron a sonar con cierta repercusión en la campaña 2015-16, en un vestuario donde el talento fluía por su atmósfera y donde reinaba un fuerte compañerismo.

Todos ellos han madurado de la mano y con una pelota en los pies. Juntos han celebrado los ascensos, se han abrazado en los goles y se han consolado en aquellos momentos de mayor decepción. Esta camada ha compartido cientos de experiencias que les ha formado como personas y que, ahora seguirán compartiendo en la primera escuadra del Zaragoza.

La alegría que destilan sobre el césped se palpa cuando los cuatro futbolistas se juntan alejados del contexto futbolístico. Vestidos de corto muestran su lado más natural, el de unos amigos que disfrutan con su equipo. Ayer las bromas se sucedían mientras los jugadores intentaban mostrar su mejor apariencia ante la cámara. Mientras Raúl, Daniel y Julián posaban, Jorge agarraba las redes de la portería para que estas cedieran y así tapar a sus compañeros. La foto refleja lo que son, amigos que tienen la fortuna de compartir el escudo del Real Zaragoza.

Esta buena sintonía se extrapola más allá de los canteranos nacidos en Aragón. Álvaro Ratón, también integrante de aquel vestuario del Deportivo Aragón, se acercó a la sesión de fotos. Y gritó con guasa «¿Una foto con estos cuatro?, ¡se va a romper la cámara!». Entre risas y algún pique por salir en la mejor posición se juntaron las cuatro caras que más brillo desprenden de este Real Zaragoza. Una camada que tiene un corazón de león.

Leones en el campo / La victoria del conjunto zaragozano frente al Tenerife contó con una notable actuación coral de todo el equipo, pero fueron los muchachos de la casa aquellos que terminaron por marcar las diferencias. Un aspecto que ya se ha repetido en varios encuentros y que evidencia la tendencia alcista que están protagonizando estos canteranos.

El primero en salir al ruedo fue Jorge Pombo. Un chico de unas cualidades físicas muy por encima de la media y que ejemplifica esa clase de jugador necesario en la parcela ofensiva. Poseedor de un cañón en su pierna derecha, el cual ha usado con éxito en diversas ocasiones. Pombo ha marcado dos goles en Liga, ambos fueron decisivos para que el equipo lograra los tres puntos. Una muestra de las altas capacidades de un jugador que, si encuentra regularidad a su calidad, conseguirá ser diferencial en ataque. Lo mismo que Delmás, otro estandarte que se ha hecho un hueco gracias a sus actuaciones repletas de desparpajo y elegancia desde el lateral derecho.

Su debut frente al Tenerife en la primera vuelta de Liga reveló las aptitudes que residen en un joven menudo de melena morena que cabalga con dulzura por el carril diestro. Aquel chaval que celebró eufórico su primer tanto con la camiseta blanquilla en El Molinón. También sabe lo que es anotar como zaragocista su íntimo amigo Raúl Guti.

El centrocampista sigue creciendo con el paso de las jornadas y frente al Tenerife completó una extraordinaria actuación con un despliegue físico fuera de lo común. Siempre actúa bajo su premisa de vaciarse sobre el césped. La misma actitud batalladora de Lasure, el nuevo dueño del lateral izquierdo. Su cultura de esfuerzo y sacrificio ha encandilado a Natxo González. Una confianza que ha sido correspondida con un alto nivel desde su carril. Daniel se ha mostrado como un jugador atrevido y refinado en sus labores, de guante blanco, como gusta a La Romareda. Los cuatro son los pilares del futuro del club aragonés. Unos leones que juegan en su equipo, ellos son el corazón del Real Zaragoza.