Llegó Álvaro Cervera (Santa Isabel, Guinea, 20-9-65) a la Tácita de Plata en Segunda B en la recta final de la 15-16 en lugar de Claudio y logró firmar el ascenso a Segunda con un playoff tan inmaculado como inesperado. Desde el primer momento impuso sus credenciales en el Carranza: seguridad defensiva y capacidad a la contra. El Cádiz de Álvaro, un extremo de calidad que vivió su mejor época en el Valencia, ha sido desde su llegada un equipo rocoso, un bloque áspero y sólido y eso le ha llevado a disputar el año pasado el playoff, en su curso de regreso a la categoría de plata, y a vivir con el sueño de repetirlo y lograr el ascenso en el actual.

Acaba de cumplir Álvaro dos años en el Cádiz, al que llegó el 18 de abril de 2016, y en octubre pasado renovó hasta 2020. Tal y como es el fútbol español, donde el entrenador es el primero en desfilar en busca de la carta de despido, tiene mucho mérito lo conquistado por Cervera, un técnico ya de dilatada trayectoria, con 10 equipos distintos desde el banquillo y 348 partidos dirigidos entre Segunda B, Segunda y Primera, aunque en la élite su paso no pudo ser peor. Tomó las riendas del Racing, donde se formó como jugador (entró en juveniles), y solo pudo certificar su descenso a Segunda en la 11-12, con 10 derrotas y 3 empates en el último tramo de ese curso.

En el Cádiz, tanto en la directiva como en menor medida en la afición, hay fe ciega en Álvaro. Sus números lo acreditan, aunque el técnico no puede evitar una mueca de disgusto en los últimos tiempos porque cree que no se está valorando lo conquistado por el equipo desde que él llegó al banquillo. El curso pasado rozó el ascenso, pero se quedó en la promoción, eliminado por el Tenerife.

Esta temporada, el Cádiz aún es mejor bloque defensivo que hace un año, pero ha perdido capacidad en ataque, donde se notan ausencias como las de Ortuño o Ager Aketxe. El Cádiz empezó con dudas, pero después reaccionó, agarrado a esa solvencia defensiva y a la velocidad de Salvi y Álvaro García. Sin embargo, la baja por lesión de José Mari fue un golpe duro y los líos judiciales del presidente Manolo Vizcaíno y del ahora solo consejero Quique Pina han creado una sensación de inestabilidad.

Con todo, lo que más acusa este Cádiz es su poca capacidad goleadora. Arriba, Barral es el que más goles lleva (5), mientras que cuatro firma Carrillo. De hecho, el fichaje en enero de Jona (3) no ha cambiado la dinámica. Al Cádiz le cuesta un mundo marcar y eso lo está pagando caro para que a Álvaro Cervera, que tuvo al conjunto gaditano en ascenso directo hasta en ocho jornadas seguidas, entre la 19 y la 26, se le esté escapando el que sería su mayor éxito como entrenador.