Tiene una más que agitada vida el Racing en los últimos tiempos. Con cientos de problemas, con una crisis galopante, con personajes que trataron de aprovecharse de él (Ali Syed), con la sombra de Jacobo Montalvo, exmáximo accionista, siempre perenne, con la negociación sin acuerdo con Hacienda... En medio de todo ello, la comunicación del Juzgado de lo Mercantil el 10 de marzo de la no aprobación de la propuesta de modificación del convenio de acreedores, con la apertura del periodo de liquidación, solo fue un sobresalto más. La entidad que preside el Tuto Sañudo ha recurrido a la Audiencia Provincial y todo apunta a que habrá marcha atrás en esa decisión judicial.

El Racing lleva años sobreviviendo en el alambre. Ahora, con una deuda global que asciende a unos 30 millones, el club cántabro negocia con Hacienda, a la que debe 9 millones, de los que el fisco reclama 6,5 de inmediato después de que el club incumpliera los dos anteriores convenios. Y, salvo que se modifique el convenio de acreedores, el Racing no puede hacer frente a los 5 millones que debería abonar en octubre si no se aplaza el inicio del concurso, donde la deuda ordinaria supera los 12 millones.

La ampliación de capital es la tabla de salvación y está ya en la tercera fase, que acabará este marzo, aunque se puede prorrogar. De los 2,7 millones que está fijada, la plataforma de exjugadores que encabeza Manolo Higuera --están Amavisca, Munitis, Setién, Colsa o Canales-- y en la que hay representantes relevantes de la sociedad de Cantabria tiene ya cubiertos el 60%, contando que son unas 100 participaciones de 25.000 euros. Es decir, pasaría a ser una cooperativa, sin un dueño único si triunfa esta opción y no desembarca un grupo inversor, aunque nadie cree en llegada de ese grupo.

Pero, mientras tanto, el club aguanta como puede. Con solo 2,8 millones de presupuesto, el penúltimo de la categoría, con impagos a los profesionales que trabajan en el club de hasta 11 nóminas, mientras que a los jugadores se les adeudan menos, unas cuatro, procurando que nunca superen esa cifra de meses sin cobrar para que no puedan quedar libres si lo piden. Así sobrevive el Racing.