La derrota ante el Huesca dejó secuelas y «fue un golpe duro», como reconocía ayer Cristian Álvarez, que también admitió que el grupo es muy consciente de que debe reaccionar mañana ante el Rayo Vallecano: «Estamos haciendo una autocrítica fuerte esta semana, repasando los errores cometidos y las situaciones a trabajar. La confianza es plena en minimizar esos errores, defender mejor esas jugadas a balón parado y sobre todo darle la vuelta a esta situación», dijo el meta.

Entre esos fallos también está incluida la capacidad de reacción ante los goles del rival. «Hay que seguir confiando y estar metidos aunque tengamos un marcador adverso», dijo Cristian Álvarez, que no ve nervios en el vestuario: «La palabra nerviosismo no es la adecuada. Tras una derrota tan dolorosa se hace mecha en un equipo, pero el objetivo es estar unidos y tranquilos, porque esto es a largo plazo».

En este sentido, el portero recalcó el trabajo, «no excelente pero sí aceptable», hasta antes del partido ante el Huesca, «porque veníamos de muchos encuentros sin perder». Y dio un paso al frente en la labor que los veteranos como él, Mikel González, Zapater o Toquero deben hacer ahora: «Tenemos que tener la confianza firme, tranquila, y transmitir seguridad a la gente joven».

Cristian espera ante el Rayo una Romareda que apoye a su equipo. «Si en los primeros 15 minutos nos ven metidos, la gente va a responder seguro. Con lo que venimos haciendo en casa está claro que no nos alcanza. Hay que dar un plus más, porque en nuestro campo debemos sacar más puntos», reseñó.

SUS MOLESTIAS

El meta argentino acabó ante el Huesca con un golpe en el costado que le dejó sin entrenar con el grupo el miércoles, aunque ya lo hizo ayer. «Estoy bien, con un poco de molestia. Confío en recuperarme», dijo, dejando claro que mañana estará bajo palos contra el Rayo.