El grupo alternativo de empresarios aragoneses que pretende hacerse con el control accionarial del Real Zaragoza va tomando cuerpo y se ha fijado como fecha límite el próximo 21 de julio para intentar ponerse al frente de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Esos empresarios no entrarían a dirigir directamente la SAD. Lo harían a través de personas próximas a ellos, familiares y técnicos de su confianza. En principio, no tienen previsto contar con la colaboración de los empresarios que en estos momentos están al frente de la entidad zaragocista y que hace más de un mes compraron la mayor parte de sus acciones a Agapito Iglesias.

Los actuales propietarios del Zaragoza no han conseguido que Hacienda les apruebe el calendario de pagos que han presentado para saldar la deuda que la Sociedad Anónima Deportiva tiene con el fisco y que asciende a 29 millones de euros, de los que 18 millones debería abonarlos a principios de septiembre. La Agencia Tributaria no se opone taxativamente a la fórmula que han propuesto los empresarios que ahora están al frente de la sociedad para aplazar los pagos, pero sus responsables consideran que el grupo mexicano que pretende aterrizar en el club no tiene solvencia suficiente para garantizar los mismos.

Para Hacienda resulta más fiable la opción del grupo alternativo de empresarios aragoneses que ahora están dispuestos a controlar la Sociedad Anónima Deportiva y solo tiene previsto apoyar esta opción. Lo mismo sucede en el caso de la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Tanto a la Agencia Tributaria como a la Liga les conviene que el Real Zaragoza siga vivo para poder cobrar todas las cantidades que les adeuda. Desde la LFP se han hecho también gestiones para intentar conseguir posibles inversores para el Real Zaragoza, pero ahora mismo se apuesta por la vía de los empresarios aragoneses que todavía no han aparecido en escena para que se hagan definitivamente con las riendas de la entidad zaragocista.

Agapito Iglesias, que todavía controla el 15% de las acciones del Real Zaragoza, parece dispuesto a facilitar la llegada a la SAD de ese grupo alternativo de empresarios aragoneses con solvencia. El constructor soriano podría haber denunciado ya el contrato firmado con los actuales propietarios por el incumplimiento de varias cláusulas (como no haber depositado antes del 30 de junio 8 millones de euros para asegurar la viabilidad del club) y de ese modo recuperar sus acciones, pero ahora mismo no contempla esa opción.

Los componentes de ese grupo alternativo de empresarios están analizando fórmulas para hacerse con el control accionarial del Real Zaragoza, pero en ningún caso manejan la posibilidad de pagarle a Agapito los 9,8 millones de euros que aparecen en el contrato de compraventa que firmaron los empresarios que ahora están al frente de la sociedad. Eso obligaría al constructor soriano a rebajar sus pretensiones. Y ahora mismo parece que podría aceptarlo.