Tienen Real Zaragoza y Numancia sus partidos rodeados con un círculo rojo por el magnífico ambiente que se vive entre sus aficiones. Es lo que debería ser la norma entre hinchadas, un hermanamiento para disfrutar antes del encuentro y para que después, sobre el césped, gane el mejor. El derbi del Moncayo cumple esa premisa de confraternización y el ambiente que rodea al choque invita a que el zaragocismo se eche a la carretera con unos 2.500 aficionados. La idea es que regresen con los tres puntos, porque ese ambiente no es obstáculo para proclamar el estado de necesidad del Zaragoza, que lleva tres jornadas sin ganar. No es menor la urgencia del Numancia, en descenso y siendo el peor local, el único que no ha ganado en casa en esta Liga.

El derbi, pues, está instalado en la sala del hospital, porque los dos rivales necesitan los tres puntos. El Zaragoza, que cayó ante Tenerife y Sporting y empató, con mejoría de imagen en la segunda parte contra el Betis, no debe sumar otro tropiezo, porque lo alejará de la promoción, que ahora tiene a un punto, y del ascenso directo, que está a 6, pero sobre todo aumentará dudas y fantasmas con el propio equipo y con su entrenador. Y ya es conocido que Víctor no anda, ni mucho menos, con toda la bendición de los rectores zaragocistas y que en los últimos meses han surgido diferencias y heridas. Las victorias las empequeñecen, y así sucedió en aquella maravillosa racha de siete jornadas sin caer y 17 puntos de 21, pero ahora el Zaragoza no gana. Lleva tres semanas sin hacerlo.

El partido, anye un enemigo de la zona baja y que no sabe ganar en su campo, se presenta propicio, pero haría bien el Zaragoza en no fiarse. El Tenerife no había puntuado fuera de casa y venció en La Romareda. Y en los últimos años es conocida y reconocible la tendencia balsámica que tiene el conjunto aragonés, que abrió un camino para la esperanza después de dos malos partidos --Tenerife y Sporting--, con graves errores arbitrales que le perjudicaron, eso sí, en la segunda mitad contra el Betis tras otros 45 minutos para olvidar.

VALLEJO O RICO Ya se sabe que el equipo compite siempre, que lo hace con poco fútbol y que su pegada le ha valido para sumar muchos puntos. Ante el Betis se levantó y pudo remontar para ganar, aunque se quedó en tablas. De ese partido quedó la irrupción de Lolo, que desbancará del once al todavía irregular Galarreta. Además, la lesión de Rubén abre la duda en el eje. Víctor admitió que decidirá a última hora la pareja de un Mario recuperado. Ha probado esta semana con Cabrera y con Rico en el lateral, pero es posible que sea Vallejo el que juegue en el eje y que Cabrera siga en el carril. Ahí radica la duda. Mientras, Borja anda necesitado de poner fin a una mala racha de dos partidos sin marcar. Willian José le hace el trabajo sucio y el madrileño vive del aval de sus goles. De momento muchos, eso sí.

Juan Antonio Anquela lleva en el Numancia una segunda temporada complicada. El equipo no arranca y tiene en Los Pajaritos un terrible problema, con 3 puntos de 18. Para la cita, el técnico casi repetirá el equipo que sacó un punto del Mini Estadi salvo en el obligado cambio por la baja de Regalón. El exzaragocista Gaffoor ocupará su lugar. Antonio Tomás y Ripa, también con pasado blanquillo, estarán en el once y en el banquillo se sentará el díscolo Aranda. Es el Numancia fuerte en la estrategia y depende de Julio Álvarez, su referencia con el balón. No será fácil ganar en Soria, pero el Zaragoza lo necesita. Y mucho.