El Real Zaragoza, gracias a la estupenda reacción con César Láinez a los mandos, con 11 puntos de 15 posibles, tiene a un paso sellar la permanencia en la categoría de plata, un objetivo discreto pero que se torció muchísimo con la dinámica y la faz que cogió el equipo con Raúl Agné. Las sensaciones pintaban al abismo, a un descenso a Segunda B de funestas consecuencias para la entidad y el discurso de Láinez desde su llegada solo habló de permanencia. Lo sigue manteniendo, mirando solo a los 50 puntos, pero la visita del Getafe puede suponer el cambio de chip, el de transformar la meta tan baja para mirar al playoff de forma decidida. Una victoria ante el conjunto del temperamental Pepe Bordalás podría dejar, en el peor de los casos, al Zaragoza a seis puntos de la promoción. En el mejor, a cuatro. Y restarían, después de la cita de hoy (20.30 horas), 18 puntos por delante, por jugarse.

Así pues, el partido ante el Getafe puede marcar la redifinición de la meta, volver al objetivo que solo la inconsistencia y la mediocridad del Zaragoza en la mayor parte del curso hicieron que se perdiera. Eso sí, para ello hay que ganar a un enemigo que comparte estadística favorable con el Zaragoza en las últimas jornadas. Son los dos equipos más en forma de la categoría de plata y no será nada fácil obtener una victoria en un momento, el decisivo de la Liga, donde a falta de siete jornadas aguardan enemigos de la zona alta (todos menos el Reus y el Rayo Vallecano), empezando por el conjunto madrileño esta noche. Para lograrlo, el papel de La Romareda, donde restan cuatro partidos, se antoja vital. Y seguro que la grada responderá. Siempre lo ha hecho.

VUELVE CASADO / Viene el Zaragoza de dos victorias, ante el Mallorca y el Mirandés, por la mínima y en dos partidos con rivales de la zona baja, donde el equipo no tuvo tanto el protagonismo con el balón que quiere Láinez ni generó tantas ocasiones de gol, pero fue solvente atrás y dejó en ambos su portería a cero (otra mejoría con el nuevo entrenador) para sumar seis puntos que trajeron el pasaporte a una permanencia muy cerca de cerrarse. El Zaragoza, sin embargo, debe ofrecer en casa un paso adelante, porque el Getafe le dará la iniciativa a buen seguro y tendrá que ser protagonista del juego.

Con Cabrera de baja por lesión, el once tan definido de Láinez, el que ha tenido en los dos últimos partidos, tendrá una novedad: el regreso de Casado, que ya fue titular en Almería cuando el uruguayo estaba sancionado. Aquel día, cumplió con nota algo baja y Láinez mantiene su confianza en un jugador de muchas más sombras que luces en su primera temporada como zaragocista. El resto, serán los mismos, un equipo que comanda arriba Ángel, con sus 19 goles y en plena vena de aciertos. Pepe Bordalás, por cierto, lo conoce bien, ya que lo tuvo en el Elche. Qué duda cabe de que si el Zaragoza tiene alguna opción de alcanzar la promoción pasa por que el canario mantenga su acierto de cara a puerta.

UN RIVAL AGUERRIDO Y AL ALZA / El técnico alicantino tomó a finales de septiembre un Getafe de paupérrimo inicio liguero con Esnáider en el banquillo y muy pronto el equipo madrileño fue hacia arriba. Pasó una crisis en enero, pero llega en plena forma al tramo final, con ese estilo aguerrido y práctico, con la renuncia al balón y la apuesta por la velocidad y por aprovechar los errores del rival. Es el manual de Bordalás, un plan que en Segunda es más que válido, casi una ley no escrita.

Con Jorge Molina como referencia arriba y con mucho talento en la mediapunta, sobre todo en los pies de Portillo, el Getafe es un examen duro, un enemigo que exigirá la mejor versión zaragocista para superarlo. Junto a ellos, Pacheco y Chuli, el eterno candidato a fichar por el Zaragoza que no llega a nunca a hacerlo, conforman un ataque poderoso, mientras que la zaga cuenta con la experiencia de jugadores como Damián, Cala, Molinero o Cata Díaz. Un buen rival, sin duda, en un día en el que el conjunto aragonés puede vestirse, en caso de vencerle, con un traje mucho más ilusionante del de las últimas semanas.