El cierre del mercado de fichajes dejó sin hacer el fichaje de José Fernández por el Córdoba, una operación a cuatro bandas, porque el jugador está cedido por el Zaragoza en el Oviedo, donde no tiene minutos, y que tuvo ayer explicaciones tanto por el club aragonés como por el andaluz, con una versión muy distinta. En el Córdoba se cree que fue el Zaragoza el que entorpeció el regreso del lateral al equipo donde se formó y dio sus primeros pasos como profesional cambiando las condiciones, mientras que Juliá asegura que el club aragonés estuvo impecable.

Fernández seguirá en el Oviedo hasta junio y el club asturiano debe hacer efectiva entonces la opción sobre la propiedad, pero su regreso al Córdoba se frustró el lunes, cuando se intentó que la cesión pasara a la entidad cordobesista --el Zaragoza aún paga parte de la ficha este curso, en torno a la mitad--. "Hemos sido unos facilitadores, hemos estado en medio de una decisión del jugador, que quería ir al Córdoba. Había que romper el contrato de cesión con el Oviedo y hacer uno nuevo con el Córdoba, porque el jugador todavía pertenece al Zaragoza y tenía que volver al final de esa nueva cesión. Era algo a cuatro bandas y todo arranca a las seis de la tarde del lunes", aseguró Juliá, que añadió: "El Zaragoza ha estado impecable, en una cosa que ni nos iba ni nos venía, secundaria. Para nada somos responsables de que la operación no se hiciera", sentenció.

En el club cordobés la versión es muy diferente, como así aseguró el presidente de la entidad, Carlos González: "A última hora se cambia el contrato del futbolista con el Zaragoza, según dice la parte del jugador. Eso hace que se frustre. Fernández había hecho un esfuerzo muy importante. Si hay voluntad se hace en un día y, si no hay voluntad, no se hace. El esfuerzo era muy importante, tanto con el Oviedo, como con el Zaragoza como con el Córdoba. El jugador perdía mucho dinero en esta operación", aseveró el dirigente en declaraciones a Cope Asturias.

González, además, lanzó un claro dardo a la predisposición zaragocista y no culpó al hecho de tener que hacer la operación a contrarreloj. "Si se hubiese empezado antes no hubiera cuajado. No había disposición. Estaba todo acordado por todas las partes. A las 23.52 horas se cambió todo. Los borradores últimos diferían bastante con lo que habíamos hablado. No había voluntad y sin voluntad da igual la hora. Si hubiésemos resuelto ese problema hubiese salido otro".