Cristian Álvarez es un viejo lobo del balompié. Su carrera ha pasado por innumerables tesituras. El fútbol le ha llevado a conocer las múltiples caras que tiene este deporte tan cambiante. Ha frecuentado esas canchas de césped seco y verjas oxidadas de Argentina, también ha testado el glamour de estadios de alto standing como el Camp Nou. El cancerbero rosarino, a sus 32 años, ha conseguido asentarse en Zaragoza. Una ciudad en la que ha dejado plasmada su huella tras un curso pasado brillante, repleto de toques divinos. En su segunda temporada intentará reivindicar su figura, aquella que ha embrujado a la hinchada blanquilla con actuaciones para el recuerdo. Aunque Cristian Álvarez quiere vivir este nuevo comienzo como si fuera la primera vez. «Estoy tratando de mantener al margen lo que sucedió en la pasada temporada», comentó ayer el portero nacido en Rosario.

Se antoja casi inhumano que el guardameta zaragocista pueda superar el nivel que mostró el curso pasado. Por eso empezará «de cero», tratando de dejar a un lado cualquier atisbo de presión para centrarse en un nuevo comienzo. Retornar al punto de partida, agasajar de nuevo a la gente y ser altamente decisivo bajo los tres palos. Que sus acciones fascinantes queden en un excelente precedente y, a partir de ahí, volver a ganarse la consideración que se labró la pasada campaña. «Trabajo para demostrar cada semana que estoy a la altura de un club tan grande», expresó el cancerbero argentino.

Hoy se enfrentará a la primera prueba de alta exigencia. Delante tendrá a un auténtico arsenal ofensivo. Entre todos los atacantes explosivos que goza Las Palmas hay un nombre que reverbera con fuerza por toda la Segunda División. Rubén Castro, el tiburón del gol. Un ariete que no pierde su instinto letal pese a su edad —37 años—. En esta temporada ya suma tres goles en dos encuentros; unas cifras que evidencian el alto bagaje anotador que promete en este curso. Un reto para Cristian Álvarez y la zaga blanquilla. «Tiene mucha experiencia y capacidad goleadora. Pero yo trabajo todas las semanas para estar a la altura de los delanteros que nos toca enfrentar», admitió.

Uno de los mayores argumentos del Real Zaragoza para contrarrestar las múltiples virtudes de la plantilla amarilla es la veteranía. «Ellos vienen de Primera, tienen más dinero, pero nosotros tenemos más experiencia en la categoría. Eso debe jugar a nuestro favor», comentó el portero. El año pasado se trazó el boceto para la construcción del bloque soñado por la dirección deportiva. «Cuando uno va jugando con los mismos y pasa el tiempo sabe la forma de hablarse, cuando ir, cuando no ir... Tenemos cierta experiencia con los chicos y sabemos cómo va a reaccionar nuestro compañero y es una ventaja». Cristian Álvarez ha vuelto a partir de cero para volver a ser gigante bajo palos. Se espera que sus guantes vuelvan a estar bendecidos, como ya demostró el curso pasado. HSClB