La situación de Jorge Díaz en el Real Zaragoza está bloqueada. Ayer se confirmó la situación en la que ha quedado el futbolista procedente del Albacete, que no ha podido ser inscrito en la Liga de Fútbol Profesional debido a su condición de extracomunitario. El club conoció este extremo el pasado sábado al presentar la documentación ante la entidad organizadora de la competición, que informó a los dirigentes zaragocistas de que el jugador no posee la nacionalidad española y que tampoco está habilitado de otra forma para jugar como comunitario. Existe, por lo tanto, la imposibilidad de que sea inscrito en la competición a no ser que se prescinda de uno de los futbolistas que ocupan plaza de extracomunitario, Hasegawa e Hinestroza, algo que no va a suceder. El Zaragoza busca en estas horas una solución al embrollo con Jorge Díaz, que, según, el club, presentó un número de identificación de extranjero que le habilitaba para jugar en España.

La Liga exige al club que demuestre su condición de comunitario para que sea inscrito. En eso anda el Zaragoza, que se ha encontrado con un mensaje contradictorio por parte del futbolista. Por un lado informa de que no está divorciado; por otro afirma que tiene un juicio de custodia por el hijo que tuvo con una ciudadana española.

Hay varias vías que pueden facilitar la normalización de la situación, ya que la normativa en estos casos es bastante laxa, lo que ayudaría a pensar en una solución favorable. Bastaría con demostrar, por ejemplo, que han transcurrido tres años desde su matrimonio hasta el inicio del proceso de divorcio, fecha que el futbolista no tiene clara. De momento, el Zaragoza tiene que verificar que el NIE (Número de Identidad Extranjero que presentó con vigencia hasta el 2024) es válido. En caso contrario, el club entiende que hay un vicio en el contrato que lo anularía.

Desde el lado del futbolista se entiende que tiene firmados tres años de contrato y que es el club aragonés el que tiene que buscarle una salida en forma de cesión, ya que no se desea aceptar la rescisión. El uruguayo quiere percibir las cantidades que firmó en el contrato rubricado a principios del pasado mes de julio, aunque también se ha mostrado abierto a colaborar en buscar una solución que satisfaga a todas las partes.

La versión es bien distinta desde la parte de Jorge Díaz, que entiende que no había lugar a la duda debido a que el futbolista nunca ha hecho los trámites para nacionalizarse español y que jugó como uruguayo hasta el último encuentro de la pasada temporada en el Albacete. Se aduce que por circunstancias personales nunca ha querido solicitar la nacionalidad y se espera que sea el Zaragoza el que mueva ficha porque era el club aragonés el que debía estar informado de su situación.