El Real Zaragoza ha contado a lo largo de lo que va de Liga con un buen número de trenes que señalaban un punto de inflexión y que acabaron perdidos por la inconsistencia y la irregularidad del equipo de Natxo González. Sin embargo, ante el Tenerife fue capaz de reencontrarse con la victoria y ha recuperado sensaciones en este 2018, con una imagen de mejor fútbol ante el Barcelona B y, sobre todo, frente al conjunto tinerfeño. Así, la visita al Granada marca un test para establecer el grado de recuperación del equipo y si es capaz de dar un golpe en la mesa ante un candidato al ascenso por presupuesto y por plantilla pero que llega con muchas dudas a la cita tras dos derrotas fuera de casa.

En el Nuevo Los Cármenes la victoria zaragocista supondría dar un paso de gigante en lo anímico, un salto a todos los niveles, por no hablar de que el balance en este 2018 sería de siete puntos de nueve posibles y ninguna derrota. Ahora, tras dos partidos en casa, el Zaragoza lleva cuatro sobre seis, un buen dato que necesita confirmación. Y Granada es un sitio ideal para ello, porque esa victoria dejaría al conjunto de Natxo González a cuatro puntos de los granadinos y, lo que ahora parece una quimera o casi por la irregularidad del conjunto aragonés, es decir llegar a la promoción, no lo parecería tanto.

Sin ánimos de caer en cuentas de la lechera y con la idea de mantener la buena dinámica tiene que salir el Zaragoza a terreno granadino, contando que el empate en tan difícil feudo tampoco frenaría ese momento de mejoría que vive. Es más, seguro que sería bien recibido ese punto en el club aragonés, siempre que después hubiera triunfos ante el Córdoba y el Alcorcón. Lo que sí supondría el enésimo paso en falso, el final de otra esperanza, sería la derrota, por mucho que se diera buena imagen, porque de sensaciones no vive nadie en esta Segunda. Tampoco el Zaragoza.

Tras ganar al Tenerife, Natxo González encontró oxígeno y más crédito a una confianza del club que se hacía saber como pública pero sujeta a los resultados, jueces implacables que con el vitoriano han manifestado más paciencia que con sus predecesores. Ese partido ante el cuadro isleño también supuso que el técnico, de una y mil vueltas a su libro de estilo en este curso, recuperara un rombo en la medular, con Eguaras, Guti y Ros como pivotes y Febas como parte más adelantada, que trajo mejores sensaciones y más fútbol. La lógica invita a mantenerlo. Y así será por mucho que la tendencia de Natxo siempre sea tocar el once para intentar descolocar al rival.

PAPU O VINÍCIUS

Tiene la baja por sanción de Borja, por lo que algún cambio habrá en el equipo. Vinícius es su sustituto natural, pero ha pasado la semana entre algodones por unas molestias musculares. Eso, su nulidad hasta ahora en el gol y su bajo rendimiento ante el Barça B y en el amistoso del martes con el Henan Jianye quizá lleven a Natxo a apostar por Papunashvili como dupla de ataque junto a Pombo, que es fijo. La defensa será la misma que ante el Tenerife y en la lista está Pep Biel, un jugador del filial que gusta y mucho a Natxo, como novedad, mientras que son bajas el sancionado Borja y los lesionados Mikel, Toquero y Buff.

Con esos mimbres saldrá hoy el Zaragoza al Nuevo Los Cármenes. Allí, el Granada se ha hecho fuerte con 23 puntos de los 30 que ha puesto en juego. Siete victorias, dos empates y solo una derrota, ante el colista Sevilla Atlético, firma el cuadro nazarí. El equipo de José Luis Oltra, que puede empezar a oír tambores de cese si pierde ante el Zaragoza, parece que ha perdido fuelle, pese a la mucha calidad que tiene, sobre todo en zona de ataque. Allí, el exzaragocista Pedro es clave, con seis goles, cuenta con Joselu, Pichichi de Segunda el curso pasado, que hoy apunta a suplente para dejar la punta de lanza a Adrián Ramos, un delantero rápido y potente, con gol y con buen cartel pasado en Europa, y recupera para la cita al rapidísimo Machís.

NERVIOS EN GRANADA

El Granada, por su condición de recién descendido y la ayuda de la Liga que eso implica (17,86 millones es su límite salarial, que solo supera el Barcelona B, mientras que el Zaragoza tiene 5,6), sabe que este es el curso para subir, porque en los próximos su fortaleza económica no será tan elevada. Pero ahora mismo no está en el objetivo, ni siquiera en la promoción, y seguro que esta noche los nervios afloran a poco que el Zaragoza sepa mantener la compostura. Si lo hace y da la estocada del triunfo en el terreno nazarí, el equipo de Natxo ya no habrá perdido otra esperanza en forma de punto de inflexión en esta temporada tan irregular que vive.