La situación de Aleix Febas ha cambiado de forma notable en este último mes. El de Almacellas, pese a su juventud, era uno de los encargados de portar la batuta de director de orquesta. Se presuponía desde un principio que este jugador de exquisita técnica iba a ser uno de los faros del equipo aragonés en ataque, y así lo demostró con el paso de las jornadas. Su conducción de balón rebosante de elegancia quedaba plasmada con frecuencia, mediante acciones superiores a lo habitual en esta categoría. Su capacidad de desequilibrio resulta peculiar en una categoría donde no suelen abundar los jugadores de desborde afilado. Sus chispazos de salón no han terminado por encontrar la continuidad deseada, al igual que todas las piezas importantes del equipo zaragozano. Febas no tiene el mismo papel, y así lo ha dejó ver ayer.

«Yo soy sincero, soy un jugador que me gusta ser objetivo y yo sé que no estoy al mismo nivel que antes», espetó Febas. Hace jornadas que no ejerce su condición diferencial, aquella que le sirvió para ir citado por Celades para la dorada lista de convocados de la selección española sub-21. Su habilidad para superar líneas a merced de su regate, su poderío en el uno contra uno... Sus prestaciones han perdido fuelle.

Y es que Febas se angustia sin el balón en sus botas, pierde el aire cuando se encuentra enjaulado por sus atacantes, cuando no encuentra los espacios para poder hacer diabluras con el esférico. El Zaragoza necesita que siga siendo el jugador que más faltas recibe de toda la categoría, con un total de 70 acciones en su contra, ya que ese será el mayor sinónimo de su implicación en el juego ofensivo.

En un acto de sinceridad, el centrocampista ilerdense aseguró que «ahora no estoy encontrando los espacios en la posición que estoy jugando». Juega más escorado a la banda izquierda, donde no está encarnando el rol eléctrico que tanto le agrada. «Soy un jugador que necesita estar constantemente con el balón. Si no toco el balón todo lo que me gustaría, o lo recibo pocas veces, al final acabo sufriendo», explicó el jugador del Real Zaragoza.

Su presencia se antoja esencial para la recuperación de la escuadra blanquiazul. Febas pertenece a esos primeros espadas capaces de abrir una vía que permita desatascar un partido de alta complejidad. Es por ello que Aleix quiere volver a retomar las buenas sensaciones que mostró al público de La Romareda y sobre las que edificar su prometedora progresión: «Necesito encontrar mejor los espacios para recibir el balón. Es así como me siento cómodo», explicó.

Ocasión para mejorar / El equipo tiene dos nuevas pruebas de fuego en La Romareda, dos encuentros de los llamados vulgarmente a cara de perro y que requieren de sendos triunfos para evitar que los males engullan la totalidad del Real Zaragoza. Febas reconoce que el equipo no está en una buena dinámica, por lo que no hay mejor medicina que saborear de nuevo el dulce néctar de la victoria: «Hemos ido de más a menos. Natxo dice que tenemos que ser un equipo fiable y ser más constantes, esto es lo que hay que mejorar con respecto a la primera vuelta. Sabemos que queremos recuperar las buenas sensaciones. Hay que cambiar algunas cosas y todo pasa por los dos partidos que tenemos en casa», comentó el jugador catalán.

Ambos encuentros, frente al filial del Barcelona y el Tenerife, marcarán el futuro inmediato de un Zaragoza que tiene el descenso a tan solo tres puntos. El parón invernal suele ser un punto y aparte para muchos equipos de cara a las rutinas en Liga. Unos días de purificación mental para afrontar en las mejores condiciones un mes en el que se tiene que producir la reacción zaragocista. Algo que será más sencillo si se cuenta con la mejor versión Aleix Febas.