Se dice pronto, 20 puntos, pero es una barbaridad. La fragilidad defensiva y la inconsistencia atrás del Zaragoza le han llevado a que le cueste muchísimo cerrar los partidos y a que se escapen puntos del zurrón en el tramo final, en la última media hora en concreto. Ahí, en el momento decisivo de los encuentros, el cuadro aragonés se convierte en un flan que ve cómo se dilapidan ventajas o cómo marcadores igualados terminan en derrota. Pasaba con Paco Herrera y Víctor Muñoz, de momento, no ha logrado cambiar esa tendencia. El Zaragoza, con el técnico aragonés, echó a perder en la segunda parte la ventaja que tenía ante el Alavés y el Numancia para acabar firmando tablas, aunque al menos la supo mantener contra el Eibar para cerrar la única victoria de la nueva era.

Hasta en seis veces el Zaragoza ha ido ganando un partido y en la última media hora ha perdido parte o toda su renta. En total, 13 puntos se fueron por ese lado, por no saber conservar un triunfo en los últimos 30 minutos. Todo el botín lo tiró por la borda en la visita del Numancia a La Romareda, donde los goles de Julio Álvarez (m.74) y de Gaffoor (83) dejaron en inútil la diana de Henríquez (1-2). Mientras, parte del premio se perdió en cinco citas. En la primera vuelta, contra el Deportivo, Borja Bastón en Riazor niveló en el descuento (1-1), lo mismo que en la jornada siguiente frente al Alavés en casa Viguera empató de penalti en la prolongación (2-2). Ya en la segunda vuelta, en el Colombino un penalti de Abraham dio la oportunidad a Morcillo de salvar un punto en el último suspiro (2-2), en Vitoria hace tres semanas Quiroga firmó las tablas (2-2) en el 82 y el sábado pasado en Soria lo hizo Enrich en el 62.

Después, en otros siete partidos el Zaragoza perdió el punto que tenía amarrado al llegar a esos 30 minutos letales. En el Mini Estadi contra el Barça B Dani Nieto rompió el empate en el 73, una semana después el Lugo venció al Zaragoza en La Romareda con un gol de Rennella cuando el reloj estaba muy cerca del 60 y Linares, en la séptima jornada, deshizo el empate (1-1) contra el Recre en el Municipal también en ese minuto 60 en un partido que acabó 1-2. Aún restan cuatro ejemplos más. En Eibar y tras igualar los dos goles iniciales del conjunto armero, Arruabarrena sentenció el 3-2 a falta de un cuarto de hora, en Sabadell Gato marcó el único gol del partido en el 61, en el mismo minuto que lo hizo Víctor Marco para el Lugo en el Anxo Carro. Contra la Ponferradina, en la despedida de Herrera, el Zaragoza se adentró en la última media hora con 1-1, Jonathan anotó en el 62 el 2-1 y el partido acabó 4-2.

EL GLOBAL

Tantos ejemplos de goles en el tramo final dejan claro que el Zaragoza se convierte en un equipo muy poco fiable tras el descanso. Lo era antes y lo mantiene, por el momento, ahora. Es el octavo conjunto más goleado de la categoría, con 43 dianas, pero el 60,5% las ha encajado en las segundas partes, un total de 26. Solo el Sabadell (31), el Alavés (28), el Numancia (27) y el Sporting (27) han recibido más tantos tras el descanso que los zaragocistas.