Quién se lo iba a decir a aquel Real Zaragoza de la primera vuelta al que tanto le costaba generar juego y, sobre todo ganar, que en la penúltima jornada iba a tener su primera oportunidad matemática de cerrar su presencia en la promoción de ascenso. Ese equipo era 17º en el ecuador de la competición y se encontraba a unos peligrosos dos puntos de la Segunda B tras empatar en Alcorcón en un paupérrimo encuentro.

Cuando casi nadie creía, Natxo González lo dijo. Al menos que se iba a estar cerca del tren de la promoción y con posibilidad de engancharse. Hoy, si se gana al Real Valladolid, los blanquillos certificarán el playoff y viajarán a Barcelona para definir la plaza final. Si no, a sufrir en la última jornada, tal y como sucediera en Butarque en la 14-15 con Popovic y, al curso siguiente, en Palamós con Lluís Carreras, un día de infausto recuerdo.

Por ello, aunque el empate también pudiera valer, mejor ganar, en casa, ante su afición, para empezar a soñar con la Primera División. Y más a tenor de la imagen que ha ofrecido el Real Zaragoza en sus últimos desplazamientos lejos de la casa blanquilla.

EN RACHA Y MUY DISTINTOS

En La Romareda se verán las caras dos de los equipos más en forma de la categoría en estos momentos, si no son los que más. El Real Valladolid, desde que relevó a Luis César Sampedro por Sergio González al frente de la nave, perdió en casa ante el Sporting, pero después ha logrado 13 de los últimos 15 puntos, viene en una gran dinámica y con su máximo goleador, Jaime Mata, viendo puerta con una facilidad que asusta.

El madrileño suma 32 goles, trece más que Borja Iglesias, y acumula dos jornadas de dulce en las que ha anotado cinco tantos. Todo un reto para una zaga blanquilla que, en muchas ocasiones, ha concedido en exceso, dejando abandonado a su suerte a un inspirado Cristian Álvarez. Esta vez estará delante un killer poco acostumbrado a fallar.

Poco se parecen el equipo pucelano y el aragonés con respecto al duelo que les enfrentó en la primera vuelta y que cayó del lado blanquivioleta por 3-2. Entonces se vio a un Real Zaragoza ramplón, errático y completamente superado en los primeros minutos. Los tres tantos encajados son la mejor prueba de aquel impotente equipo que después, por orgullo y por el paso atrás del Valladolid, pudo hasta empatar.

Llegan los dos en racha y la buena de los visitantes se junta con la extraordinaria de los blanquillos en casa: 41 puntos en 19 partidos y 28 de 33 puntos posibles en La Romareda en la segunda vuelta. Aún así, la fiabilidad del cuadro aragonés en La Romareda está en peligro por un rival que se ha atragantado en exceso últimamente. Ha rascado en nueve de los diez últimos enfrentamientos en el municipal y no cae en Zaragoza desde que lo hiciera en octubre del 2003.

LAS CUENTAS

Para certificar de forma matemática que el Real Zaragoza jugará el playoff de ascenso a Primera División la cuenta más clara, sencilla y directa es obtener el triunfo ante el Valladolid. Además, vencer a los pucelanos tiene doble premio, ya que tampoco podrían alcanzar a los de Natxo González y, en cualquier escenario, se quedaría por detrás en la clasificación, haga lo que haga el Zaragoza en el Mini Estadi. En suma, vencer supondría depender de sí mismo para ser cuarto, lo cual da ventaja en, al menos, la primera eliminatoria de la promoción; y también optar al tercer puesto, para lo cual es necesario sumar en estos dos duelos que quedan tres puntos más que el Sporting, equipo que tiene que recibir hoy al Granada y visitar al Córdoba.

En caso de empate se complican las opciones. El Numancia, que visita al Sevilla Atlético; el Real Oviedo, que hace lo propio con la Cultural Leonesa; y Osasuna, que recibe en El Sadar al Lorca, no tienen que vencer ninguno de ellos sus encuentros, circunstancia poco probable.

En caso de derrota las posibilidades son todavía menores porque esos mismos tres equipos tienen que perder salvo en el caso de Osasuna, que al tener un punto menos que Oviedo y Numancia también valdría que empatase. Que comience el juego.