A este paso los goles del Zaragoza van a convertirse esta temporada en piezas de museo, en casi milagros para guardar en el recuerdo por la escasez de los mismos. Tiene razón Popovic en que las estadísticas solo muestran una parte de la verdad y que siempre los datos cuentan con un componente mentiroso y manejable. Sin embargo, por muchas vueltas que se le dé, por mucho que se quiera disfrazar o esconder la realidad, es incontestable que este Zaragoza tiene un déficit escandaloso ante el gol. Brutal. En Alcorcón acumuló su tercera cita seguida sin marcar tras no hacerlo ante el Mallorca (0-0) y el Valladolid (0-2) para coleccionar 273 minutos sin ver puerta tras el gol de Ortuño ante el Elche.

Lo peor es que no es la primera vez que en este curso se pasa tres encuentros seguidos así. Ya le sucedió en las derrotas consecutivas en casa ante Córdoba (0-1) y Osasuna (0-1), que estuvieron a punto de costarle el puesto al entrenador, y en el empate en Lugo (0-0), en el inicio de la reacción de siete jornadas ahora frenada en las dos últimas citas. En total, 7 partidos de 14 sin ver puerta --a los seis ya narrados hay que añadir las tablas en Montilivi--, un dato escalofriante, como también lo es que el Zaragoza, un candidato al ascenso directo, sea con 13 dianas el quinto menos realizador de la categoría. Solo Huesca (12), Lugo (12), Mallorca (9) y Bilbao Athletic (8) lo han hecho peor.

¿Falta gol porque falta fútbol? Se diría que sí. No es que Ortuño y Ángel sean dos delanteros deslumbrantes y es palmario que la plantilla se quedó corta de dinamita en verano, que faltó otro ariete por el que se peina ahora y en enero el mercado, pero con lo poco que genera el Zaragoza se puede vislumbrar que hasta atacantes de relumbrón también sufrirían para ver puerta si vistieran la zamarra blanquilla. Ayer Ortuño cazó dos, una en un córner y otra tras un pase de Dorca, y las mandó al limbo y Ángel, en la única que tuvo, se encontró con Dmitrovic.

La forma de los goles

Otro dato esclarecedor llega si se recuerda cómo el Zaragoza ha logrado esas trece dianas que tiene en su casillero. Ahí, queda claro lo que al equipo le cuesta crear fútbol para marcar. Cinco de esos trece goles tuvieron su raíz en una estrategia de capa caída últimamente. Son los dos de Cabrera (Mirandés y Almería), uno de Wilk (Almería), uno de Jorge Díaz (Leganés) y otro de Ortuño (Albacete). Los dos goles de la victoria frente al Tenerife llegaron de penalti, transformados por Ortuño y Ángel. Restarían, pues, solo seis dianas en jugada. A saber: Ángel (Almería), Diamanka (Albacete), Rico (Albacete), Hinestroza (Elche) y Ortuño (Alavés y Elche).