Cuando el director deportivo del Real Zaragoza, Lalo Arantegui, dice que este verano se van a hacer muy pocas operaciones, lo hace porque sabe que el 90% de la plantilla de la próxima temporada está cerrada. Es más, es consciente de que el club debe centrar todos sus esfuerzos en encontrar y contratar al delantero que ocupe el lugar de Borja Iglesias. Hace días que lo tiene elegido, incluso convencido, pero hasta el momento no ha podido cerrar un acuerdo con el Sevilla, propietario del futbolista. Se trata de Marc Gual, que ha jugado las dos últimas temporadas en el filial sevillista después de salir del Espanyol B. En la primera de ellas hizo 13 goles en 24 partidos. La última fue peor, marcada por una lesión y por la falta de confianza del entrenador, Luis García Tevenet, que apenas contó con él en el último tramo. Es más, vio debutar a algún que otro juvenil mientras pasaba las tardes en la grada y esperaba el momento de marcharse al Zaragoza, que por un momento pensó que se produciría bien rápido.

El interés del club aragonés por el ariete badalonés es firme, tanto como el deseo del futbolista de imitar el temporadón de Borja. El problema está en que a Gual le queda un año de contrato con la entidad hispalense y que el Sevilla no está dispuesto a facilitar su salida, al menos de momento. Ya lo hizo durante los últimos meses, cuando no quiso atender la oferta estival del Alavés ni la invernal del Girona. Ambas rondaban el millón y medio de euros.

La destitución de Óscar Arias, el sustituto de Monchi en la dirección deportiva del Sevilla, ha complicado las cosas. Joaquín Caparrós pasó a ser director de fútbol tras su última etapa en el banquillo y Carlos Marchena fue anunciado como su adjunto cuando el club hizo público el nuevo organigrama, donde también está como adjunto Paco Gallardo. Entre todos han dado prioridad al primer equipo, que quieren remodelar después de la desigual campaña con Berizzo, Montella y el propio Caparrós.

Pablo Machín es el nuevo técnico y en el club no parecen contar con Marc Gual para el primer equipo. De hecho, le han dado preferencia a Carlitos en los últimos meses. Tampoco tendría sentido que siguiera en Segunda B, así que lo que busca el Sevilla es dinero. Por ahora, pide a cualquiera que pregunte por él más de dos millones de euros, una cantidad que, lógicamente, hace inviable la operación para el Zaragoza. Además, Marchena, que parece el hombre fuerte en las negociaciones, ha hecho una pausa en sus funciones en el club andaluz al aceptar la propuesta de la Federación Española para hacerse cargo del enlace de la plantilla y los directivos de la selección durante el Mundial.

Lalo ya advirtió hace días que no iba a haber incorporaciones gratuitas, solo en el caso de que se produzcan salidas. Hay alguna prevista, sobre todo las de los jugadores a quienes el club les ha recomendado que busquen su futuro en otro lado (Ángel, Alain Oyarzun y Alfaro). «Me consta que tienen ofertas de España y del extranjero», dijo el pasado jueves Arantegui, que admitió estar «muy pendiente» del delantero: «Se puede firmar en una semana, pero también podemos tardar dos meses en firmarlo. La contratación del delantero se va a encarecer mucho, hay muy pocos que puedan asegurar un número de goles. Todos buscamos un futbolista que conozca el fútbol español, pero si las puertas se van cerrando (si Marc Gual no llega), nosotros tenemos que optar por otras situaciones». Parece que la extraña espera será larga.