--La felicidad del triunfo contra el Sporting, ya tres seguidos, y otro paso más hacia la salvación...

--Muy contentos, claro. Por la situación que hemos vivido en los últimos meses, cada victoria supone una gran alegría, porque hemos sufrido mucho. Esto es fruto del trabajo de todos los compañeros.

--El equipo cree en que puede salvarse y crece como bloque cada partido. Hace un mes estaban casi desahuciados. Y ahora están muy vivos.

--Los jugadores somos los mismos y quizá cambió la mentalidad. Ahora nos están saliendo las cosas y estamos en una buena línea, dando lo máximo en el campo. Esa es la consigna y lo que hay que hacer hasta el final para seguir soñando.

--En Gijón volvieron a marcar en el descuento. ¿A qué achaca tantos goles en ese momento?

--La verdad es que no me había pasado nunca en mi carrera en tantos partidos seguidos. Es fruto de la convicción, del trabajo, de pelear hasta el final, de dejarlo todo en el césped. Pero también hay otro factor que influye: la suerte. Nos había dejado de lado gran parte de la temporada y ahora nos está devolviendo algo, al menos una parte. Aun así, la suerte hay que buscarla, se procura y se trabaja.

--Las posibilidades para la permanencia han aumentado, pero aún queda mucho por hacer. El técnico hablaba tras ganar en Gijón de que no podía haber ni un ápice de relajación.

--Es que el mensaje tiene que ser el de la humildad porque aún no hemos hecho nada. Resta muchísimo y todavía es muy difícil la salvación. Llevamos una buena racha, pero hay que seguir trabajando porque aún estamos en puestos de descenso. Tenemos que continuar en esta línea para, insisto, soñar. Para soñar con que es posible.

--En El Molinón hizo su séptimo gol de la temporada. Con el de Osasuna, lleva dos en los últimos cuatro partidos y provocó el penalti ante el Atlético.

--También muy feliz por todo eso. Fue una buena jugada de mis compañeros, con un gran pase de cabeza de David (Mateos) y yo estoy aquí para ayudar en lo posible, marcando todos los goles que pueda.

--En ese tanto exhibió toda la frialdad y la tranquilidad del mundo ante el portero rival, ¿no?

--Bueno... El momento del equipo también posibilita eso. El Zaragoza está con más confianza y con mayor tranquilidad que hace un mes y eso se nota a todos los niveles, también cuando te pones delante del portero.

--Vivió muchas jornadas sin marcar, se lesionó en varios partidos, fue suplente en otros y pasó por una mala época. ¿Siente que ahora está tapando bocas?

--No creo que tuviera que callarlas y lo único que deseo es continuar por esta línea también en lo personal. Las críticas son parte del fútbol y desde el comienzo de mi carrera las he asumido con naturalidad. Siempre digo que los porteros y los atacantes son los más expuestos a las críticas, porque son los dos puestos donde los fallos y los aciertos suelen ser más evidentes.

--Cuatro o cinco victorias más para salvarse. ¿Por ahí pasan sus cuentas?

--No, de verdad que no las hago, no tomo la calculadora. Llevamos tres triunfos seguidos y ahora hay que ganar el próximo partido.

--No es nada fácil, viene el Barcelona a La Romareda

--Bueno hay que jugar contra todos y es el que toca. Claro que es un gran rival, enorme, pero no podemos renunciar a nada de antemano. Hay que dejarse la piel en el campo, como estamos haciendo y ya se verá qué pasa.