Dejó Natxo González el Reus en junio pasado tras tres años en los que hizo historia en el conjunto catalán, al que llevó a Segunda y lo mantuvo de manera brillante en la categoría de plata. El nombre del técnico vitoriano está escrito con letras mayúsculas en el club reusense, pero su herencia no está siendo pesada. De hecho, el equipo que ahora dirige Aritz López Garai, jugador a las órdenes de Natxo las dos últimas temporadas y que el sábado será su rival de banquillo en La Romareda, está funcionando de forma más que aceptable en este curso, con 20 puntos (dos más que el Zaragoza) y con características heredadas del Reus de Natxo pero otras diferenciales.

Hasta 14 jugadores tiene el Reus que estuvieron a las órdenes de Natxo la temporada pasada. Son Edgar Badía, Olmo, Atienza, Miramón, Querol, Ricardo Vaz, Máyor, Edgar Hernández, Fran Carbia, Vitor, Campins, Haro, Migue y Guzzo. Algunos han seguido jugando mucho, como el portero Badía, los defensas Olmo y Atienza, el zaragozano Miramón, un comodín en la banda, o en menor medida los atacantes Máyor o Querol, aunque este se encuentra a expensas de unas pruebas que pueden dictaminar una lesión de rodilla, mientras que otros como Fran Carbia han perdido peso en el equipo.

López Garai ha insistido, porque no le ha quedado más remedio, en una apuesta que prima la solidez defensiva y maximizar los goles marcados, porque el Reus, como le pasaba el curso pasado, tiene lo justito arriba. Esta temporada, en concreto, Edgar, que no ha visto puerta, Querol (1 gol), Máyor (1) o Lekic (2). Así, su mayor referencia en ataque es el centrocampista ofensivo Gustavo Ledes, llegado del Celta B y que lleva cinco tantos.

El Reus de López Garai sigue siendo un bloque que compite bien y que es solvente atrás para amortizar los pocos goles que hace. Solo ha anotado 11 (el que menos junto al Sevilla Atlético), pero ha encajado 13, una cifra que solo mejoran el Huesca, el Cádiz y el Osasuna. Y dejó su puerta a cero en 6 jornadas de 15.

López Garai sí intenta que su Reus sea menos táctico que el de Natxo y también adelantar más la línea de presión, vivir más cerca del área rival. También ha modificado el dibujo, del 4-2-3-1 al 4-3-3, y quizás su Reus tiene un ápice más de intensidad pero es menos ordenado. Son matices con respecto a una era exitosa, la de Natxo, que se tiene presente en ese club, aunque es evidente que no se le echa de menos en demasía al técnico vistos los resultados que tiene el equipo.