Fue muy claro. «My name is James», dijo nada más ser presentado por Lalo Arantegui. En su camiseta tampoco pondrá Igbekeme, solo el nombre de pila y la inicial de su apellido. Nigeriano, con 23 años recién cumplidos, el centrocampista arribó a Portugal recién superada la adolescencia, con 18 años y dispuesto a hacerse un hueco en el fútbol europeo, lo que ha conseguido a base de tesón y tras varios cursos recorriendo los campos de las divisiones inferiores en Portugal. Lo logró, con un paso de dos años por el Ribeirao, en Tercera, y otras dos temporadas en el Oliveirense, en la misma categoría. De allí dio el primer salto, al Gil Vicente portugués, a la Segunda División, pero ahora viene su gran reto, el Zaragoza, con el que firma cuatro temporadas. Y está preparado para derribar la puerta del éxito.

«Uno de mis objetivos en mi vida es ayudarme a mí mismo y a mi familia», continuó diciendo James, que dejó primero la huella de la humildad en su presentación, en un inglés básico y con traductor. Su adaptación pasará también por aprender cuanto antes castellano, sobre todo para entenderse con sus compañeros, aunque seguro que no le será tan difícil como a Papu el curso pasado. Además, no tendrá problemas en ese aspecto con el cuerpo técnico que encabeza Imanol Idiakez, que domina bien el inglés. Y, claro, hablará después el fútbol, el que tiene este chico de 1,70 metros y 66 kilos, un jugador potente, de buen disparo y que aporta polivalencia, ya que puede abarcar muchas posiciones en el centro del campo, aunque llega para jugar de centrocampista ofensivo. Eso sí, puede moverse también de extremo izquierdo o de mediocentro.

«Soy un jugador ofensivo, que trabaja duro y se esfuerza. Soy bueno con y sin balón, pero siempre al servicio del equipo», añadió el futbolista nigeriano, que anotó cinco dianas en los 34 partidos que disputó el curso pasado con el Gil Vicente portugués, 32 de ellos correspondientes al campeonato de Liga.

LA REFERENCIA DE UCHE / Allí, sin duda, era uno de los futbolistas más destacados, casi se diría que el mejor, de un equipo que se ha dejado ir en el tramo final en la Segunda lusa porque una resolución judicial le ha devuelto a la élite: «He oído muchas cosas del Zaragoza, sobre todo que es un club que ayuda a sus jugadores, que se porta bien con sus futbolistas. Conozco a Ike Uche, que ha jugado aquí», añadió, haciendo referencia al delantero ahora del Nástic y que pasó por La Romareda, con más pena que gloria por culpa de una grave lesión de rodilla. Lo cierto es que los jugadores africanos no han tenido demasiada suerte en el Zaragoza en la historia reciente. Al contrario. Contra ese mal fario también quiere luchar James.

El nuevo jugador del Zaragoza sabe que tiene ante sí la ocasión de dar el salto al gran escaparate. «Es una gran oportunidad y al mismo tiempo un privilegio jugar aquí. En Portugal jugaba en un buen equipo pero hay un gran cambio con este. Es un reto y me gustan, estoy preparado para afrontarlo», sentenció.

Lalo Arantegui no ha dudado con James como tampoco lo hizo el curso pasado con futbolistas como Papu, Verdasca, Grippo o Buff, que siguen en el equipo. También lo ha hecho con Jeison Medina. Es otra apuesta del laboratorio del director deportivo y recalcó su absoluta confianza en el jugador: «Puede desempeñar varias posiciones en el centro del campo, aunque preferentemente es mediocentro. Se va a adaptar muy rápido y nos va a dar muchas posibilidades. Tiene ese gen competitivo y mucho hambre, viene a hacerse un hueco en su carrera», sentenció Lalo, después de soltar un «very happy» a Igbekeme dándole la bienvenida. Bueno, a James.