Hace solo un mes y medio parecía una utopía, pero ahora la ilusión es grande. Aunque hay que verlo con tranquilidad, se ha hecho mucho, pero todavía queda". La frase de Luis Martínez, presidente de la Peña de Maluenda, puede resumir bien el sentir de una hinchada, la zaragocista, que vio muy negro el porvenir hace solo unos meses, vislumbrando el ascenso como una quimera, y que ahora lo ve factible por la reacción de un equipo que vivió una auténtica revolución en enero. "La ilusión ha ido en aumento, incluso entre la incredulidad. Recuerdo el viaje de regreso de Almería, hundidos porque no veíamos solución, venía el Leganés, el equipo parecía no levantarse y se ha cambiado la dinámica de una manera total. Queda por remar, pero se ha recortado mucha distancia y el ascenso directo es posible", asegura Fredi Clavero, presidente de Presentes por El Escudo, otra de las peñas que más siguen al equipo zaragocista en sus desplazamientos.

También lo hace con mucha asiduidad la Peña de Utebo, que preside Juanmi Liñán: "Yo llevo desde principio de temporada diciendo que este año es el que se iba a ascender, pero se notaba que al equipo no le alcanzaba para eso. No le echo la culpa de todo a Ranko Popovic, porque creo que en esta plantilla faltaban jugadores de carácter, que transmitieran eso, gente como Culio, que para mí ha sido fundamental, como también Javi Ros y Guitián", asegura, para añadir después: "Era muy necesario ese cambio tan grande en enero, de entrenador y de jugadores. La gente se ha vuelto a ilusionar, creo que es muy visible en La Romareda, pero también en los viajes. Hay más ganas de ir con el equipo, que ves que se deja todo en el campo".

Chema Aznar, que preside otra de las peñas más viajeras, la de Brea, incide en ese cambio en el banquillo, en la apuesta por Lluís Carreras para sustituir a Ranko Popovic: "Es que ahora ves jugadores con ganas, con rasmia, y además también se nota una idea de juego desde el primer minuto hasta el 90. No hay más que ver el gol ante el Albacete, que hicieron un montón de toques hasta llegar a la portería. Antes eso era imposible. Incluso físicamente el equipo parece que está mejor, aunque en eso influyen los resultados", explica.

Luis Martínez también tiene claro que sin ese cambio en enero, sin la revolución que trajo un relevo en el banquillo en Navidad y 6 refuerzos, una transformación capitaneada por Narcís Juliá, recién llegado al cargo de director deportivo, esta renacida ilusión no habría sido posible. "Es que esa regeneración era del todo vital, porque se había demostrado que con lo que había no llegábamos a ningún lado. Y no bastaba solo con cambiar de entrenador, que ya se demostró que era necesario, pero insuficiente, sino renovar la plantilla. Traer seis jugadores nuevos es medio equipo, y después tienes que tener la suerte de que funcionen y sean titulares", asegura el presidente de la Peña de Maluenda, que añade un aspecto más: "Había otro tema para mí fundamental, el mental. Cuando pusieron a la psicóloga me pareció fantástico, se notaba que este equipo también lo necesitaba".

EL FACTOR CASA La Romareda, en las dos últimas victorias en casa, ante el Lugo y el Albacete, ha arropado al equipo en la recta final y se dieron una mágica remontada ante el cuadro gallego en 10 minutos y un gol salvador frente a los manchegos, porque, según Fredi Clavero, "llegan momentos en que ves que lo necesitan. Ante el Lugo, con el gol en contra, fue desesperante, pero el equipo lo intentaba, quería y necesitaba ese plus. Si se da todo y ves que te necesitan, la afición se engancha y, cuando La Romareda ruge, se nota el aliento. Hemos estado en muchos campos y lo que se siente aquí es distinto", dice el presidente de Presentes por el Escudo.

"En los dos últimos partidos en casa el equipo vio claro que a La Romareda la van a tener ahí y esas dos victorias creo que han sido muy importantes por lograrse al final, ya que saben mucho mejor", remarca Luis Martínez, de Maluenda, una opinión que comparte de una manera más gráfica Chema Aznar, de Brea. "Cuanta más gente haya en La Romareda, mejor, pero si somos 16.000 animando y empujando así es acojonante. Se ve que cuando este estadio ruge este equipo y el rival lo notan".

Trata de contener algo más esa ilusión a borbotones el presidente de la Federación de Peñas, José Vicente Casanova, aunque también respira optimismo: "Estamos con mucha ilusión, claro, aun reconociendo que hubo algún partido con algo de fortuna. La ilusión del peñista siempre está un grado o dos por encima de la realidad, porque tiene que ser así, pero ahora solo nos podemos plantear subir directos. Por la reacción, que es muy sólida. Nada indica que sea efímera".