El extremo Jaime Romero se incorporó ayer al grupo entre aplausos y bromas de sus compañeros. El jugador manchego fue intervenido el 7 de octubre del año pasado de la rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que había sufrido cuatro días antes en el partido de Liga disputado contra el Alavés en La Romareda. "Jaime sufrió una tríada, tal cual, ni más ni menos", afirmó entonces el doctor Ramón Cugat, jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatológica en el Hospital Quirón Barcelona, tras operarlo.

A la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y a la del menisco externo se añadió la rotura parcial en grado II del ligamento lateral interno. "Lesionarse el cruzado ya implica un mínimo de 6 meses, pero, como se ha hecho un poco más en la rodilla, pues también la recuperación será un poquito más larga", aseguró entonces Cugat, que cifró ese periodo en un mínimo de siete u ocho meses.

Pero Jaime siempre ha mantenido la esperanza de poder jugar los partidos de la recta final de este curso y ahora mismo todo apunta a que puede conseguirlo. El delantero manchego realizó ayer la parte inicial de la sesión con sus compañeros y luego estuvo trabajando al margen con Roberto Cabellup, preparador físico de la plantilla zaragocista. La idea es que Jaime vaya alternando la preparación con el grupo con otros ejercicios fuera del mismo encaminados a culminar su puesta a punto. Lo más probable es que pueda estar en condiciones de reaparecer entre principios y mediados de abril.

En la enfermería siguen Vallejo, que podría empezar a trabajar con el grupo la próxima semana, Bertrán, Ortí y Wilk.