--Ante el Numancia se le volvió a ver con la chispa que tenía antes de la lesión.

--Y me sentí así, llevaba un par de semanas en que me notaba cada vez mejor en los entrenamientos y eso se reflejó.

--Esa lesión muscular ante el Recre se alargó casi dos meses. ¿Llegó a desesperarse?

--Para mí fue complicado, porque iba a estar poco tiempo, se alargó más, después otra vez, y, al regresar, tras tanto tiempo parado, no terminaba de encontrarme como cuando me lesioné. Ha sido difícil, porque además en los últimos partidos no me acababa de ver bien.

--¿Hasta qué punto ha cortado esa lesión el que parecía su mejor curso como profesional?

--Yo en mi carrera siempre me he encontrado bien, el problema es que estos años no he tenido la continuidad para que las cosas me fueran mejor. Cuando estaba en Granada o en Italia no se me dio la oportunidad de sentirme importante, de jugar tantos partidos.

--Popovic sí le da esa confianza.

--Eso se lo agradezco y también que siempre me haya intentado corregir cosas para que mejore. Después de la lesión, aun no estando tan bien, seguía confiando en mí, porque sabía que yo necesitaba esos minutos para recuperar mi nivel.

--¿Ha dado este entrenador con la tecla para entender su carácter especial?

--Siempre dicen que lo tengo y en parte es verdad, pero tampoco es algo tan marcado. Es un carácter un poco peculiar, pero no es nada del otro mundo.

--El prototipo de jugador tranquilo no es...

--No, desde luego que no. El míster me ha exigido mucho, ha estado encima y a veces las cosas que me dice no me las tomo del todo bien, pero cuando llegas a casa y lo piensas en frío te das cuenta de que lo hace por mi bien, para ayudarme y que mejore. Desde que salí del Albacete tampoco he tenido a alguien que se haya preocupado tanto por mí como lo ha hecho este entrenador y por eso al principio estaba más a la defensiva.

--¿Esta temporada está siendo la de su madurez como jugador?

--Creo que estoy dando ese paso. Me siento mejor, más tranquilo. Siempre he sido muy nervioso, he querido las cosas rápido. Como se suele decir, quererlo todo y quererlo ya, pero ese fallo lo estoy corrigiendo. Al venir aquí me mentalicé de que las cosas no van siempre como se quiere y que lo que hay que hacer es asumirlo y trabajar en revertirlo.

--Sus críticos le achacan su irregularidad, que desaparezca en los partidos. ¿Está de acuerdo?

--No, para nada. No creo que sea irregular. Mi manera de jugar es explosiva y, si alguien pretende que durante los 90 minutos esté haciendo medio centenar de esprints de 40 o 50 metros, no es muy realista. No sé si otros pueden, pero yo no.

--Lleva seis goles, su mejor marca en una temporada.

--Es verdad. No había sido un jugador de tantos goles, sino más bien de desbordar y ponerla, Me gusta darlos, pero tampoco está mal meterlos (sonríe).

---Popovic lo ha usado más veces en la banda, pero también le ha colocado por detrás de Borja. ¿Dónde se siente más cómodo?

--Me gusta jugar más en la banda, pero en la mediapunta me siento bien. No juego como un enganche puro, sino que caigo a las dos bandas y tengo más capacidad para buscar la sorpresa.

--En la banda está entrando más por la derecha, a pierna cambiado. ¿Lo prefiere así o es decisión del entrenador?

--Prefiero jugar a pierna cambiada porque a la hora de encarar tienes más posibilidades porque puedes salir por los dos lados. Para disparar también es mejor si te metes para dentro. El problema es más para centrar, si llegas más forzado, los centros no son igual. Si tengo que centrar con la derecha, como mi golpeo no es muy allá, lo que intento es ponerla lo mejor posible y ya está.

--¿Cómo se siente en Zaragoza?

--Muy cómodo y a gusto. En el vestuario, el club y la ciudad.

--Está cedido por Udinese. ¿Sentirse tan bien aquí ayuda a que piense en intentar seguir?

--Por supuesto que influye. Mucho, además. A mí me gustaría mucho quedarme aquí, es el sitio donde más cómodo he estado en mi carrera. Aunque el Zaragoza siguiera en Segunda querría quedarme, porque me han tratado muy bien.

--Sus goles y los de otros jugadores que están en la mediapunta son importantes ahora que Borja no está viendo puerta con tanta facilidad, ¿no?

--Es muy importante que marquemos todos, también los que jugamos en la mediapunta. Borja tiene rachas como todos los delanteros, pero está en una temporada increíble y va a marcar muchos más. Tiene que marcar la diferencia y ayudarnos a conseguir los objetivos.

--¿Hasta qué punto fue el triunfo ante el Numancia un suspiro de alivio para la plantilla?

--Nos hacía falta. No me había dado cuenta de lo importante que era ganar hasta llegar al vestuario el lunes y ver que todo era diferente, que todo el mundo estaba un poco más relajado. Parecía que no nos iba a afectar esa mala racha, pero viendo las caras percibes que esa victoria ha supuesto un alivio, que estamos mucho más tranquilos.

--Ahora, la Ponferradina, casi sobra decir que es una final.

--Está claro que es el partido más importante de esta temporada, pero, ojo, aún quedarán algunos después. Nos centramos desde ya para intentar ganarlo. Es clave, claro, pero aún tendremos margen y puntos.

--¿Cómo se vería en el vestuario no ser al final sextos?

--Sería muy jodido, porque durante todo el año hemos pelado por eso, hemos estado ahí y nos hemos imaginado al final ahí, en esos playoffs. Sería complicado no jugarlos y la sensación sería muy negativa. Cuando se viene al Zaragoza en Segunda la idea es subir a Primera. Es un equipo histórico y por todo, por club y por afición, tiene que estar en Primera. De momento, estamos enganchados a esa opción y hay que darlo todo para ver qué pasa.

--¿Qué le parecen los pitidos que se han oído en La Romareda en los últimos partidos?

--La gente puede expresarse como vea, entiendo que puedan estar un poco nerviosos por la situación, porque hasta ayer llevábamos varios partidos aquí sin ganar. Pero ahora es el momento de estar juntos, porque ellos tienen que tener claro que nosotros somos los primeros que queremos estar arriba. Sin embargo, a veces las cosas no salen bien por mucho deseo que se tenga.

--El domingo la grada pitó al salir a Rico y a Lolo. ¿Qué opina sobre ello?

--Esos pitos te condicionan. Lo mejor es que no se pite a un jugador, tenga que salir poco o mucho, porque no te sientes cómodo. Lo más positivo para el equipo es que cualquier futbolista dé lo máximo y esos silbidos no ayudan a eso.