Una campaña cargada de complicaciones y un verano repleto de rumores parecen haber atemperado el carácter de Rubén González, que ayer confesó encontrarse en un estupendo momento en el Zaragoza, seguramente el mejor desde que aterrizó hace poco más de un año en La Romareda. El que se suponía que era el cuarto central del equipo es ahora el primero, por aquello de que Cabrera también se inclina hacia el costado. Más allá, durante algún tiempo pareció el quinto. Incluso la intención fue durante un buen tiempo que dejase el club aragonés. El defensa gallego se negó y guardó un prudente silencio. Tenía una cuenta pendiente y durante la pretemporada ensayó su desquite. No se fía. Sabe que a la vuelta de la esquina hay un error, el banquillo. Pero ha vuelto, dice, como si fuera la primera vez que pisara un terreno de juego. Lo nota él, a sus 33 años. Lo nota el equipo.

Fue el entrenador también el que dio marcha atrás en su decisión, no se sabe bien si por las obligadas circunstancias. La primera intención de Popovic era que el gallego dejara el club este verano. Poco antes de iniciarse el campeonato, el serbio dijo que lo quería con él. La lesión de Mario y la situación de Vallejo dejó pocas dudas en el centro de la zaga. "El año pasado fue raro. Tuve una lesión que parecía que no era nada, pero estuve cinco meses y medio de baja. No pude nunca reengancharme al ritmo de mis compañeros y la verdad que tenía ahí una espinita porque no estaba contento ni con mi rendimiento ni con cómo fueron las cosas. Este año he venido con mucha ilusión, como si fuera la primera vez que pisaba un terreno de juego y eso me ha ayudado a estar tranquilo y concentrado", manifestó ayer el jugador compostelano.

Tampoco fue fácil la pretemporada, en la que siempre se le situó en la lista de descartes. Muchas veces se dio incluso por obligada su salida. Martín González recordó el lunes que él nunca había dado el nombre de Rubén en público, aunque admitió la peliaguda situación al asegurar que el central había conseguido darle la vuelta a su consideración en la plantilla. "Yo me mantuve al margen de todo lo que sucedía. No quise hablar ni comparecer ante la prensa, me dediqué solo a trabajar y a abstraerme de lo demás. Al final, con la confianza del entrenador y que yo me sentía bien con mi trabajo, hemos conseguido revertir la situación. Pero aquí hay que demostrarlo cada día para que llegue la recompensa".

El mensaje es repetido, como si Rubén quisiera convencerse de que la posición que ha adquirido en el equipo no le garantizase nada en este curso. Así es seguramente si se tiene en cuenta que los dos centrales que están fuera, Mario y Vallejo, son considerados como los titulares. "Yo he sido muy consciente de lo que se rumoreaba sobre mí a lo largo de la pretemporada, pero me mantuve al margen e intenté hacer las cosas bien para ganarme la confianza del entrenador. Pero, vamos, aquí hay que trabajar cada día como si fuera el último", explicó Rubén, consciente de que tanto él como Cabrera han respondido a un nivel alto pese a los tres goles encajados.

Los errores han correspondido al trabajo defensivo colectivo. Dolió especialmente el segundo tanto del Almería tras el lanzamiento de un córner que acabó en una contra nacida de las manos del portero visitante. "Los goles son evitables, pero es positivo que ocurra habiendo ganado el partido. Al llevarte los tres puntos el mal es menor. El primer gol, pues puede ocurrir, pero la contra del segundo gol no. Hay que estar mucho más atentos".

El buen inicio de campaña de Rubén ha coincidido con las buenas sensaciones que dejó el equipo el pasado sábado. "Nos está yendo bien. Hemos trabajado bien durante la pretemporada y se ha hecho un equipo compacto, que tiene agresividad y tenía ganas de empezar bien la Liga. Las sensaciones son buenas. Los comienzos son muy importantes, tanto para la moral del equipo como para enganchar a la afición. El año pasado no hubo pretemporada. Yo fui el segundo o el tercero en llegar y ya era agosto, así que no había casi margen. Ahora hemos trabajado casi todo el bloque desde el principio y eso ayuda a que haya buen ambiente, nos conozcamos fuera y dentro del campo".

El central explicó la mejoría a balón parado, que la halla, sobre todo, en los servicios. "Se junta un poco todo. Los lanzamientos están siendo buenos, la gente que entramos a rematar estamos ocupando bien los espacios y vamos decididos, tanto en defensa como en ataque", concluyó Rubén, que no se fía del próximo rival. "El Leganés se ha reforzado bien, tienen mucho peligro arriba y son muy rápidos".