Su llegada provocó un terremoto de gran magnitud que se sintió en todo el fútbol español. Shinji Kagawa aceptó el reto de liderar el proyecto que debe conducir al Real Zaragoza a Primera División y, un mes y medio después, todo marcha bien. Indiscutible en la mediapunta, autor de dos goles y un incordio constante para el adversario, el japonés, sin embargo, renuncia a dejarse llevar por la euforia o un exceso de optimismo. “Estoy contento, pero sé que puedo dar mucho más, al igual que el equipo. Es pronto, aún no estoy perfecto físicamente y queda mucho por mejorar”, ha dejado claro el futbolista en la rueda de prensa celebrada este mediodía en La Romareda.

Así que Kagawa se centra en el presente y en adquirir el tono necesario para afrontar el partido del domingo en Oviedo con garantías. “Será difícil. No importa que sean los últimos porque seguro que nos va a poner las cosas complicadas. Debemos trabajar duro para llegar en las mejores condiciones física y mentalmente”, subraya el japonés, que tiene muchas posibilidades de perderse los duelos ante Numancia y Fuenlabrada si es convocado para jugar en esas fechas dos partidos con su selección, algo que en el Real Zaragoza se da casi por seguro. “Si me llaman, iré, claro”, asevera Kagawa, que, en todo caso, no pierde un segundo en ese asunto. “Estoy absolutamente concentrado en el partido del domingo”. Porque si el Zaragoza logra dar continuidad a su racha y se mantiene invicto dará otro paso más hacia el objetivo. Y Kagawa lo sabe. “Es un reto fresco y bonito y espero estar arriba y poder ascender con el Zaragoza. Es verdad que quiero jugar en Primera, pero ahora pienso solo en el Oviedo”, insiste.

El nipón se ha convertido en un ídolo de La Romareda, a la que agradece su cariño. “Estoy muy contento por eso. Lo disfruto mucho y lo agradezco de corazón a toda la gente”, expone.