Natxo González ha cocinado de todo en la parte alta de los tres cuartos del campo. Resuelto el dilema ofensivo con la notable adaptación de Pombo como delantero sorpresivo, en la cabeza del exitoso rombo ha apostado por la titularidad de Febas con la intención de que su electricidad suministre balones y energÍa ofensiva a los dos puntas. Pero el chico no termina de completar partidos regulares, mezclando aislados detalles de alta escuela con no pocas decisiones adolescentes. Su influencia se percibe más en las faltas que provoca que una aportación constante en la labor que se le encomienda. En Pamplona, el entrenador del Real Zaragoza le sustituyó antes del descanso, un relevo que llamó la atención por su celeridad, una decisión que a la larga cambió el destino del encuentro a favor del conjunto aragonés con Oliver Buff como protagonista.

La paradoja del helvético es que ha pasado de la hibernación en la grada y en el banquillo como consecuencia de su inadaptación la fútbol esañol a ocupar un papel principal sin desprenderse aún de su rol secundario. Febas le toma la delantera cada jornada en el once y, sin embargo, Buff está resultando bastante más productivo que su compañero en esta espectacular tacada de seis victorias consecutivas que han conducido al equipo a la sexta plaza, es decir a la zona de promoción. El centrocampista ilerdense suma una asistencia en este tramo de la competición, frente al Lorca, mientras que el suizo acumula un gol contra el Lugo de falta directa, dos pases definitivos ante Oviedo y Numancia y su estupenda actuación en Pamplona, donde con sus centros filtrados y su porte distintivo en un duelo de claro dominio navarro fue determinante para la victoria.

¿Quién merece ahora la confianza de Natxo González? ¿Es el momento de que Buff tome la batuta de Febas? Mientras en el resto de las posiciones apenas se abren debates, en la plaza de mediapunta flexible sí hay una fisura. Ambos tienen una misión similar pero son muy diferentes pese a pertenecer a la escuela del talento con cuentagotas. En Febas hay frescura y en Buff, un punto mayor de madurez y un abanico de recursos más amplio. No obstante la irregularidad les hermana, y quizás por eso el entrenador busca una mezcla que se traduce en los movimentos que realiza con los encuentros en marcha. Buff ha entrado por Febas ante el Lugo, el Oviedo y el Osasuna, mientras que el catalán, en este caso por lesión del suizo, jugó la segunda parte en Los Pajaritos.

En el arraNque del curso, coincidieron en algunas alineaciones, intercambiándose en funciones y en puestos en los que no terminaban de ser felices ni efectivos, sobre todo cuando a uno le tocaba ocupar o aproximarse a la banda. A partir del desastre de El Alcoraz, Buff tuvo que esperar tres meses para entrar de inicio en el equipo en Liga, en Soria. En plena efervescencia de triunfos y ascenso en la clasificación del Real Zaragoza, su cotización se ha elevado cada vez que ha sido requerido para intervenir por lo general con el cartel de revulsivo. Aun así, resulta improbable que su luz desplace por el momento a Febas de las preferencias de Natxo. En cualquier caso, todo indica que ante la imposibilidad del todo, el técnico vitoriano continuará fusionando esas dos mitades.