El valor de las victorias se aprecia en las caras, en los gestos. Ayer había tranquilidad en La Romareda, optimismo, alegría. Un contraste con las últimas semanas, cuando no había fútbol ni resultados. Hace cuatro días admitía Lalo Arantegui sentirse preocupado por la situación de una plantilla que no lograba cerrar, con ese atasco en las salidas que le afeaba la composición final. «A principio del verano habría firmado tener esta plantilla», dijo en la presentación de Vinícius Araújo, un acto que le sirvió para dar su opinión sobre el juego del equipo, repasar las últimas horas del mercado y confesar que el verano le ha servido para situar el presente del Zaragoza, que bien poco se parece a su historia. «He tenido durante el mercado una dosis de realidad que en algunos casos no esperaba. Ha habido futbolistas que ni siquiera han querido escuchar al Real Zaragoza. Eso quiere decir que ya somos muy de Segunda División, por mucho que tengamos una masa de afición muy grande. Ya no somos más que nadie, por mucho que tengamos un historial o unos trofeos que no ha ganado nadie en la categoría».

El director deportivo repitió que estaba «muy satisfecho» con la plantilla cerrada, sobre todo por la diversidad que ofrece. «Vamos a tener muchas alternativas para varios sistemas de juego. Hay variedad para elegir dos jugadores por puesto, además de que hay mucha polivalencia en algunos jugadores. Nos hemos quedado con la plantilla deseada, con jugadores deseados con nombres y apellidos. Es un equipo que va a ir a más, aunque en Córdoba y ante el Granada ya ha dado muestras del potencial que puede llegar a tener».

Arantegui insistió en que el Zaragoza no va a ganar en ningún campo «con el nombre» y se le escapó admitir que el objetivo es pelear por el ascenso, una palabra que no ha querido mencionar durante todo el verano. «En Córdoba vi un banquillo celebrando la victoria como los que habían jugado, algo que normalmente cuesta. Y luego vi celebrar la victoria como si fuera un trofeo. El Real Zaragoza no es más grande que ningún otro ahora dentro de un campo de fútbol en Segunda División y ganar en esta categoría es muy complicado. Para estar arriba tenemos que ganar muchísimos partidos, sufrir mucho. Con el nombre no vamos a ganar en ningún sitio».

No obstante, no quiso marcar el objetivo final, aunque sea el de siempre. «Veo optimismo en el ambiente, en la ciudad. Si el miércoles hacemos una buena eliminatoria de Copa, el domingo la gente va a venir a disfrutar contra el Alcorcón. Me marco que la gente se vea muy identificada con estos jugadores que conforman un perfil de equipo con mucha hambre».

Por último, el director deportivo habló del último fichaje, presentado ayer. «Es un futbolista diferente a lo que tenemos. Es un jugador que sabe jugar muy bien fuera del área. Vinícius sabe cubrir el balón, no como lo hace Borja, pero sí que es capaz de caer a las bandas, es dinámico y encara la portería con las ideas muy claras. Hay que recordar que era el delantero de la selección brasileña sub-21. Necesita tranquilidad, pero es un jugador que tanto a corto como a largo plazo nos puede dar cosas».