No se termina de asumir el traspaso de Jesús Vallejo al Real Madrid. No es para menos. La mejor noticia de los últimos años para el zaragocismo, quizá la única, se ha evaporado tan deprisa que la gente apenas ha tenido tiempo de frotarse las manos pensando en que un chaval de la casa, capitán, aragonés y zaragocista, podía liderar el renacimiento de su equipo. Ayuda a digerir el asunto la personalidad del muchacho, un ejemplo de profesionalidad, una demostración de que se pueden decir cosas con naturalidad aunque tengas 18 años y seas futbolista. Lo hizo ayer en esa rueda de prensa tan singular en la que se sentó para decir hola y hablar del adiós, del Madrid. "Voy a tener la cabeza aquí. No solo la cabeza, la cabeza y el corazón", afirmó.

Tenía preparado en parte su discurso Vallejo, que arrancó su mensaje nada más escuchar la primera pregunta. "Lo primero que quiero decir es que ha sido la decisión más importante que he tomado en mi vida, la primera importante. Tengo que reconocer que me costó, pero ahora estoy más tranquilo, contento", dijo el central, que no alteró la clave zaragocista en toda su conferencia. "En lo único que pienso es en devolver al Zaragoza a Primera División este año. Soy zaragocista desde que mis padres me llevaron a La Romareda, lo sigo siendo y siempre lo voy a ser".

Es futbolista del Real Madrid, es obvio, y en ese club continuará su carrera, aunque el futuro, según sus palabras, es por ahora cosa de otros. Vallejo se queda en cuerpo y alma. "Me voy a tomar este año como si perteneciese a este club, le voy a echar una mano al equipo en todo lo que me pida y si salgo al campo concentrado como hice el pasado, estaré tranquilo, competiré bien y no pensaré en otra cosa", aseguró el defensa, que ha descansado dos semanas tras ganar el Europeo sub-19, "unos días que me han venido fenomenal" antes de su regreso a la Ciudad Deportiva. Fue ayer, liviano, con cuatro carreras. "Esta semana va a ser un poco de puesta a punto, luego entraré en el equipo cuando lo decida el míster", aclaró.

Popovic fue al final a buscarlo al gimnasio para hablar con él, para darle la enhorabuena, sobre todo para decirle que este año tiene que estar "a tope". No dudó Vallejo en la respuesta. "Naturalmente", espetó. "Esto va a ser positivo para el Real Zaragoza, para mí y para la afición. Yo no voy a pensar en el Real Madrid, voy a pensar en que voy a estar muy a gusto, con mis padres en casa, entrenando todos los días como uno más y estando orgulloso de vestir la camiseta del Zaragoza", explicó el canterano, que también tuvo un recibimiento especial en el vestuario: "Me han acogido bien. Lo primero que les he dicho al entrar es que yo iba a ser el mismo, que no voy a cambiar por que sea jugador del Madrid y que estoy aquí para echar una mano".

Al margen del fútbol, pocas preocupaciones. Llegará más presión externa, incluso interna, luciendo brazalete de capitán según aseguró Popovic en su primera comparecencia de la temporada. "Poco o nada tengo que ver con eso --de momento no hay capitanes, ni elegidos ni designados--, será una decisión de la directiva o del propio míster. Yo me preocupo de hacer el trabajo bien. En el Europeo ya hubo muchos focos de atención, pero cuando estás en el campo solo piensas en tu trabajo y te olvidas un poco del exterior".

Le queda por cumplir su último desafío con el Zaragoza, el ascenso. "Va a ser diferente. El primer año a lo mejor das la sorpresa porque eres el joven, pero este año ya no vale con ser el canterano. Yo personalmente me voy a poner retos. Me tengo exigir mucho más, no por ser nuevo jugador del Real Madrid sino por ser un jugador de la primera plantilla del Real Zaragoza", concluyó el madridista Vallejo. Sí, es madridista, aunque mantiene el corazón de león.