"Mi padre siempre me ha dicho que si todo el tiempo que dedico a leer novelas lo hubiera dedicado a estudiar, hace días que habría terminado la carrera", relata Tato, fichado hace dos semanas por el Zaragoza y que no responde al estereotipo habitual de futbolista. Su hobby está en la lectura y en el saber. "Me gusta leer e informarme de todo, solo así se puede tener una opinión formada de muchas cosas". Alumno de cuarto de Dirección y Administración de Empresas, por la UNED, su biblioteca particular incluye cerca de 2.000 libros. Ahora, hospedado en el Hotel Romareda, está lejos de esa biblioteca, que tiene en Murcia, pero mantiene la pasión por leer, pese a que el fútbol y su reciente paternidad de una niña que ahora tiene siete meses le resta tiempo para ello.

"Suelo comprar primeras ediciones, al menos la mayoría de los que tengo. Poseo una buena biblioteca, para algunos puede parecer un gasto, pero es una inversión magnífica", explica. Allí hay sitio para muchos libros, de todos los géneros. "Soy de los que pienso que cada momento tiene su lectura. Por ejemplo, para un viaje o para una concentración necesito novelas que atrapen, policíacas, los thriller o de aventuras. Por ejemplo, autores como Robin Cook o Clive Cussler. Son libros más de andar por casa. Pero en una tarde tranquila y donde puedes empaparte más de una buena lectura pues me gusta leer a Thomas Mann, por ejemplo La Montaña Mágica, o a Julio Verne, que son escritores que requieren centrarte más en lo que lees, tener los cinco sentidos ahí", añade.

Con todo, su lectura de cabecera remite al pasado, a una de los grandes libros de la literatura universal. "Me encanta releer partes de El Quijote, es un libro que me fascina, que cada vez que entro en él encuentro detalles y cosas nuevas. El comienzo es maravilloso, una muestra de la genialidad de Cervantes", sentencia. Tato se acuerda de Dostoyevski, del propio Thomas Mann, de Douglas Preston, de muchos otros. "Hay lecturas que considero obligadas, pero también leo después biografías, de gente tan dispar o diferente como Lenin o Hitler. Hay que procurar formarse en todo", asevera.

No es lo habitual en todo caso en el fútbol y el delantero lo admite. "Soy un poco bicho raro, porque no es el común de los hobbys entre los compañeros, que suelen hacer otras cosas. Algunas veces hay que aguantar algunas bromas, pero son bien recibidas". Con todo, Tato cree que la visión del futbolista ha cambiado: "Hay muchos compañeros que ya se han dado por aludidos y que han asumido que el fútbol se acaba y que la formación es importante. Hace unos años era más raro que alguien abriera un libro en una concentración o que se compaginase la carrera de fútbol con la Universidad, pero cada vez es más común".

Tato cursa cuarto en Dirección y Administración de Empresas. "Las asignaturas que son de hincar los codos las he sacado sin problemas, como Historia de la Economía, Macro o Micro, pero en las que hay que que ir a clases o a una academia tengo más dificultades, porque es difícil compaginarlas", aclara. Además, tiene un Máster de Entidades Deportivas por la Universidad de Barcelona, acabado con una tesis sobre la creación de un club, también hizo un curso de Periodismo Deportivo y ha empezado el nivel II en el Curso de Entrenadores.

"Hace unos años pensaba que mi futuro no iba a estar unido al fútbol tras retirarme. Quería volar, otras perspectivas, otro rumbo, pero en los últimos tiempos todo lo que estoy haciendo me lleva a seguir vinculado al deporte. Todavía no sé qué haré, pero sí sé que debo estudiar y formarme para abrirme más puertas, para incluso pensar en poder elegir, aunque eso sea tan difícil hoy en día", recalca este futbolista, que tiene muy claro a quien agradecer su pasión. "Mis padres me inculcaron todo esto. Mi padre es médico y mi madre, enfermera. Siempre me insistieron en que debía compaginar los estudios y el fútbol, que los libros y la formación son un complemento indispensable. Y es así".