El asunto Sergio Gil continúa sin resolverse y amenaza con conflicto. Las posturas de ambas partes continúan inamovibles por lo que, pasado el 30 de junio, el jugador y su agente entienden que son libres puesto que ha terminado su vinculación con el Real Zaragoza y ya están buscando un nuevo destino, mientras que a juicio de la entidad aragonesa el canterano continúa ligado al club tres años más al ejercer la cláusula de renovación de su contrato. Opciones no le faltan al jugador aragonés, que ha debutado esta campaña con el primer equipo, y ya tiene una oferta del Mónaco de la Liga francesa, según desveló ayer L'Equipe.

La intención del jugador pasa por marcharse a algún club extranjero porque no desea integrarse en ningún equipo filial de la Liga española y de momento ya cuenta con la posibilidad de unirse al Mónaco. El lío está servido porque el Real Zaragoza entiende que tiene contrato con el club aragonés hasta el 2019 puesto que ya ha depositado el documento de la renovación en la Liga de Fútbol Profesional activando un derecho que entendía unilateral. El jugador, en cambio, interpretaba que la renovación debía producirse de mutuo acuerdo y pretendía actualizar las condiciones del contrato.

El conflicto se puso encima de la mesa en plena competición, cuando el Real Zaragoza se estaba jugando las posibiliades de ascenso. El club comunicó al jugador y a su agente el pasado 24 de mayo --"en tiempo y forma"-- la ampliación automática del contrato como jugador del primer equipo "al cumplirse los requisitos para dicha prórroga que ambas partes aceptaron y suscribieron en el contrato que les vincula jurídicamente", según una nota de prensa del propio Real Zaragoza. El mismo club añadía en el comunicado que "informado de esta decisión, el futbolista ha manifestado al club su decisión de no suscribir la citada ampliación de contrato".

DIFERENTES CRITERIOS

Así, el Zaragoza tramitó la documentación correspondiente a la LFP y considera desde entonces a Sergio Gil como jugador del primer equipo a todos los efectos. De hecho el canterano está incluido en la plantilla 2016-17 que figura en la web del club. La cuestión es la interpretación del acuerdo previo que existía entre las partes. El Real Zaragoza entiende que la cláusula de renovación era unilateral y así procedió a ejecutarla mientras que el jugador y su agente estiman que "tiene que haber un mutuo acuerdo como así consta en la segunda cláusula del contrato de intenciones firmado entre ambas partes", según José Minguella júnior, el representante.

El jugador se había mostrado dispuesto a continuar en el club pero pretendía revisar las condiciones del contrato para aceptar la renovación. Las discrepancias concernían a la cláusula de rescisión que iba a figurar en el nuevo acuerdo, 15 millones de euros, y la ficha del futbolista, en torno a 65.000 euros. Ambas partes se habían emplazado a alcanzar un acuerdo antes del 30 de junio pero no ha sido así y tampoco han variado las posturas iniciales. Sergio Gil se considera un jugador libre y ya busca nuevo destino mientras el Zaragoza lo considera renovado.