--¿Cómo se gestó su fichaje por el Real Zaragoza?

--Fue algo que se hizo con mucha normalidad. Contactaron conmigo desde la dirección deportiva, como tiene que ser, y, tras una larga entrevista, donde yo les conté mis ideas y ellos me hablaron del proyecto, me dio la impresión de que había buen feeling. Creo que pensamos de una forma similar y ellos pensaron que podía ser la persona idónea para el equipo.

--El Zaragoza, además de que usted es aragonés, sigue siendo un equipo con caché pese a estar en Segunda División.

--Claro. Es un club histórico y para mí es un equipo de Primera. Pero hay que ser realistas y ahora está donde está. Tenemos que hacer un trabajo muy profesional e intentar que la gente se ilusione. La gente de aquí es muy exigente, pero yo he visto como ha estado con el equipo cuando ha jugado bien y se ha entregado. Vamos a intentar que la gente se enganche y que vea a un equipo con mucha actitud, comprometido y solidario. Y que a partir de todo eso sea capaz de jugar bien al fútbol.

--Para usted entrenar al Real Zaragoza es una oportunidad. ¿Es consciente de que en las últimas temporadas este banquillo se ha convertido en una trituradora de entrenadores?

--Es una situación que tiene que ver con la situación y la exigencia del club. Lo afronto siendo muy realista. Para mí es una oportunidad, pero soy consciente de que la Segunda es una categoría muy difícil. Entiendo que aquí hay una gran presión, mucha más que en otros equipos por subir, pero yo me lo tomo como un reto muy ilusionante. Mi idea es hacer un trabajo muy profesional y hacerlo con muchas ganas y mucha pasión, porque es mi forma de transmitir las cosas.

--Con el Lugo intentaban jugar desde atrás, desde el portero. ¿Esa es la idea que piensa aplicar aquí también?

--Tengo una idea y una filosofía, pero la Segunda División tiene sus matices y sus dificultades. Nosotros vamos a tener una base de juego y vamos a intentar enganchar a la gente a base de tratar de ser protagonistas. Estamos formando un proyecto a través de un perfil de jugador que buscamos, porque queremos jugar de una forma determinada, pero siempre asumiendo riesgos que se puedan asumir. El Zaragoza debe ser un equipo protagonista en Segunda División y llevar la iniciativa, pero también habrá otras situaciones en las que nos toque sufrir y defendernos. Es muy importante que juguemos bien sin balón y estar muy organizados.

--¿Pero cuál es su sistema de cabecera?

--A mí me gusta jugar con gente por dentro y tener la iniciativa. Para eso es ideal el 4-3-3, pero en un momento determinado, por el perfil del jugador que juega por dentro, puede ser un 4-2-3-1. Y si quieres jugar con dos puntas podemos poner un 4-4-2, con gente por fuera intentado buscar la amplitud o con gente por fuera intentando buscar el juego por dentro. Quizás el entrenador que más huella me ha dejado haya sido Johan Cruyff, por su personalidad, pero luego te quedas con cosas de todos, como la importancia que le dan al orden Ranieri o Capello.

--Tanto usted como el club hablan de que quieren jugadores con compromiso. ¿Pero por qué un futbolista pierde compromiso durante una temporada?

--No creo que el jugador pierda compromiso. Lo que se debe intentar es juntar una serie de valores que tienen que ver con ese compromiso, como aguantar la presión y estar unidos ante las dificultades. Le voy a dar mucha importancia a eso. Tenemos que hacernos fuertes como grupo.

--¿Qué tipo de entrenador es usted, le gusta ser comunicativo con el jugador o es partidario de utilizar el látigo?

--Yo tengo un talante comunicativo. Me gusta hablar mucho con el futbolista individualmente y grupalmente y convencer al jugador para saber qué piensa en cada momento. Debe ser una comunicación con respeto, porque creo que es fundamental.

--¿Luis Milla levanta la voz?

--Cuando tenga que levantar la voz, lo haré. Voy a ser muy exigente en el trabajo diario y si en un momento determinado hay alguna cosa que no me gusta y tengo que cortarla, la cortaré. Y si tengo que darle un toque a un jugador se lo daré. Lo que también entiendo es que no vale de nada estar con el látigo durante todo el día y estar con el grito durante todo el día, porque no tiene efecto, pero si en un momento determinado tengo que cortar una cosa que no me gusta, que nadie tenga ninguna duda de que la cortaré.

--Dijo en su presentación que hay que mantener siempre viva la ilusión por el ascenso. ¿Cómo se consigue eso cuando en teoría parten en desventaja económica con otros equipos?

--Por ejemplo viéndonos en el espejo del Leganés, que era un equipo que no contaba para el ascenso y que ha tenido una serie de valores que lo han hecho muy fuerte. Los mismos que yo quiero para nosotros. Pero la dificultad es que el Leganés no tenía la exigencia que tiene jugar en el Real Zaragoza. Todos tenemos que asumir la presión que supone estar en este equipo.

--El Zaragoza estaba acostumbrado a subir a la temporada siguiente de bajar y ahora va a cumplir su cuarta campaña consecutiva en Segunda. Presión y necesidad juntas.

--Lo sé. Necesidad y presión hay y ahora lo que nos toca es hacer todos un buen trabajo. También es muy importante que todo el zaragocismo esté unido.

--¿Cree que la Segunda de la próxima temporada va a ser superior en nivel a la de este curso?

--Va a ser similar. En Segunda no es fácil ganar a nadie y los equipos están muy organizados.

--¿Ascenderá el Zaragoza la próxima temporada?

--Nosotros vamos a intentar hacer un trabajo profesional y vamos a trabajar para eso. El objetivo es el ascenso, pero sabiendo que va a haber muchas dificultades. Vamos a pelear por el ascenso, pero tampoco lo puedo asegurar. Lo que puedo garantizar es que lo vamos a poner todo para intentar que el Real Zaragoza ascienda a Primera.

--De momento han incorporado a Zapater. ¿Usted cree que se encuentra preparado para volver a competir en el fútbol profesional? ¿Qué significa que esté en la plantilla?

--No tengo ninguna duda de que va a estar al nivel y que deportivamente nos va a dar la capacidad futbolística que tiene. Aquí hay mucha exigencia y creo que el equipo necesita tres o cuatro líderes importantes, que conozcan el club y la exigencia de la casa. E incluso que venga algún jugador con más de 30 años que sepa manejarse en este tipo de situaciones. Esos futbolistas nos deben asentar, dar consistencia moral, anímica y grupal. Esos jugadores tienen que ser también cercanos al entrenador. Estuve hablando con Zapater y lo vi muy apasionado