Un escueto comunicado a última hora de la tarde puso punto y final a la etapa de Luis Milla como técnico del Zaragoza. Llegó el 15 de junio pasado, firmó por dos temporadas y poco más de cuatro meses después hace las maletas, en una destitución tan lógica por los resultados como por las sensaciones que desprendía el Zaragoza tras 11 jornadas de Liga, con solo 13 puntos y con una caída iniciada desde la segunda cita liguera, desde aquel tramo final en Lugo, y muy acusada en los últimos seis encuentros, donde el equipo solo ha firmado tres puntos de 18 para estar a solo dos del descenso.

«El Real Zaragoza ha comunicado a Luis Milla su decisión de prescindir de sus servicios como técnico del primer equipo del conjunto aragonés», aseguró la entidad, que no quiso prolongar una semana más la apuesta en un entrenador en el que ya no se creía y que deja al Zaragoza a trece puntos del líder, el Levante, y con solo dos de renta con el descenso a Segunda B.

Así se despide Milla del Zaragoza. «El club quiere transmitir su agradecimiento por el trabajo realizado y destacar su dedicación y profesionalidad», añadió en su breve comunicado la entidad. Lo cierto es que la confianza en el técnico turolense se empezó a erosionar de forma clara en Soria, cuando el equipo se mostró inerte tras el empate y alcanzó su plenitud con la derrota ante el Sevilla Atlético. Ahí, la mayor parte del club ya había perdido su confianza en él, achacándole una falta de carácter y de capacidad para encontrar soluciones a los problemas del equipo. Pero tras el varapalo del Elche en La Romareda Narcís Juliá le dio una semana más, en contra de la opinión del consejo. El pobre planteamiento y el triste empate en Pucela fueron su sentencia.

RUBI, OTRA VÍA

El Zaragoza tiene ahora que firmar en breve un entrenador, el tercero en 10 meses de Narcís Juliá en la dirección deportiva. El director deportivo ya apostó por Carreras y Milla, que no eran sus primeras opciones, y ahora no puede fallar de nuevo en una decisión vital. A pesar de tener adeptos en el club, donde se valora su carácter y su zaragocismo, la opción de César Láinez como técnico interino ha perdido fuerza y, aunque el ahora entrenador del filial asuma las riendas —Andrés Ubieto, preparador físico, dirigirá hoy la sesión—, el Zaragoza va a apostar por un preparador con experiencia y con galones. Experiencia que por cierto no tenían mucha Milla, solo 26 partidos en Segunda con el Lugo antes de llegar al Zaragoza, ni Carreras, que sí había completado dos años en la categoría de plata en el Sabadell.

Juliá quiso traer en diciembre pasado a Juan Ignacio Martínez, que sí responde a ese perfil buscado y gusta. Es un candidato. Caparrós gustaba entonces y gusta, pero ayer negaba contactos con el Zaragoza y es un entrenador con caché de Primera, donde quiere dirigir. Pepe Mel también desea un equipo de Primera y anoche descartaba cualquier opción, porque él solo asumió en Segunda las riendas del Betis. Otros técnicos como Baraja, Rubi, que tiene opciones, o Albert Ferrer negaron ayer haber sido tanteados por el club, que también ha recibido ofrecimientos como los de Sergi, Miquel Soler o Abel.

EL MARGEN ECONÓMICO

El presupuesto para traer al nuevo entrenador es otra variable a tener en cuenta. El Zaragoza tiene completo su límite salarial (5,1 millones) y la Liga, en estos casos, solo autoriza sobrepasarlo por una lesión grave, como la de Wilk, o por la primera destitución de un técnico. Pero ese límite es escaso. El Zaragoza puede disponer del 80% del salario que le quedaba por cobrar a Milla en este curso y ese dinero irá con cargo al próximo presupuesto. La cantidad, que rondaría los 120.000 euros, no da para firmar a un primer espada, pero Carreras, sin ir más lejos, vino por la mitad.