La derrota del Real Zaragoza en el Heliodoro Rodríguez López continúa en la senda de lo visto durante la pretemporada. Uno de los males endémicos del club blanquillo durante estos últimos años ha sido la escasa seguridad a balón parado, la faceta del juego que tantos quebraderos de cabeza ha traído a la mayoría de entrenadores que han pasado por el banquillo zaragocista en este interminable periodo en Segunda.

El Reus de Natxo se caracterizó por ser un bloque construido de atrás hacia delante, siendo el segundo equipo menos goleado, encajando solo un tanto a balón parado. El Real Zaragoza ya ha igualado ese admirable registro al recibir un gol de cabeza en el partido inicial de Liga. Lo que revela la obligada celeridad para corregir esta faceta del juego. En el curriculum de Natxo siempre figurará su alta capacidad para gestionar el apartado defensivo y acabar obteniendo resultados favorables. Solo el trabajo, y la incorporación de una pieza más para el centro de la zaga, puede consolidar el orden defensivo que está tratando de incorporar Natxo González.