El Real Zaragoza sigue adentrándose en el ecuador de la competición liguera. La nave blanquiazul navega con un objetivo fijado en la hoja de ruta. Conseguir el famoso punto de inflexión es uno de los botines más ansiados por todos los equipos que navegan por las aguas sin calma de Segunda División. Este preciado golpe de efecto solo se puede alcanzar si se combina una regularidad defensiva junto a un efectivo poderío ofensivo. El conjunto aragonés ha alcanzado esa premisa en sus dos primeros encuentros como local en esta segunda vuelta, aunque deberá sellar su mejoría con tres puntos lejos de La Romareda. «Vamos a por ello otra vez, a ver si sale cara», aseveró Natxo González en la previa a la batalla en Santo Domingo. Una oportunidad para salir a flote.

El Zaragoza es cada vez más maduro. Hay fases donde se atisba cierta mejoría, sobre todo cuando disputan sus partidos como local. Es por ello que el próximo reto a corto plazo tiene que ser hilar un triunfo fuera de casa, con la siguiente parada en Alcorcón. «Estamos ilusionados otra vez por lograr una nueva victoria. Nos deberían de servir todas aquellas experiencias y los palos que nos hemos llevado. A nivel emocional hemos sufrido en muchos casos. Ha habido encuentros donde no hemos podido sumar los tres puntos por detalles, todas esas experiencias que estamos viviendo nos pueden servir para el futuro», comentó el preparador. Atrapar seis puntos en dos jornadas permitiría insuflar grandes dosis de moral, sobre todo hacerse con un triunfo de prestigio en un campo tan exigente como es Santo Domingo.

Natxo González matizó la importancia de la cita de hoy en tierras madrileñas y explicó que «las victorias siempre son importantes, buscamos poder tener esa victoria consecutiva para sumar. Es difícil que en esta categoría podamos protagonizar un triunfo holgado, hay una línea muy estrecha entre ganar y perder».

En la retina aún perdura aquel choque de la primera vuelta frente al conjunto alfarero en La Romareda. Fue el primer revés en casa, una derrota amarga ya que el Real Zaragoza se estrelló por completo ante el muro que plantó Julio Velázquez -no hubo ni un tiro a puerta blanquillo-, aunque en su feudo la contienda será diferente. «De aquel momento hasta ahora han cambiado bastante la idea de juego», explicó.

El desplazamiento a Santo Domingo siempre supone una gran incomodidad para todos los equipos. Un campo de barrio, pequeño, donde los jugadores aseguran que les cuesta sentirse cómodo por sus engañosas pequeñas dimensiones. Para Natxo, el conjunto alfarero es un oponente de alta exigencia y que propone «partidos pocos calmados, con poca pausa y de muy alta intensidad».

La exigencia de la cita requiere una buena actuación de los jugadores zaragocistas, en especial la punta de lanza. Borja Iglesias debe volver a ser el arma de peso de los blanquillos, aunque Natxo mostró su tranquilidad ante la racha del ariete: «Borja pasó un periodo malo, pero hace unas semanas le dije que vamos a ver al mejor Borja Iglesias».