-¿Cómo se gestó su fichaje?

-A partir del momento en el que el Real Zaragoza está buscando director deportivo y yo aparezco en la prensa como un candidato, pero sin que hubiera habido aún un acercamiento serio y concreto por parte del club. Está claro que el Zaragoza supo medir los tiempos y que yo no iba a entrar en ningún cásting, porque ellos sabían de mi situación laboral y de la relación cordial que tenían con la SD Huesca.

-Pero no hubo negociación.

-Lo primero que hace el Zaragoza cuando plantea mi persona como un objetivo es contactar con varios integrantes del Huesca, presidente, consejero delegado y director general, a través de varias personas del club. Ellos transmiten que nos vamos a reunir y cinco minutos después yo se lo comunicó a la SD Huesca. A partir de ahí se cierra un principio de acuerdo y al día siguiente voy a Huesca y les digo que me voy. No hay negociación porque tengo una cláusula de rescisión que afronto. Ya dije que no hay un manual para hacer estas cosas. Estoy agradecido al Huesca por todo lo que me ha dado y solo puedo desearle lo mejor.

-En la presentación de Emilio Vega como nuevo director deportivo, Agustín Lasaosa, presidente azulgrana, dijo refiriéndose a usted pero sin nombrarlo que a los desagradecidos el Huesca les paga con la indiferencia. ¿Qué tiene que decir?

-Me voy a quedar con lo bueno del Huesca y no voy a entrar en declaraciones personales. Como ha sido todo tan rápido lo puedo entender, pero incluso de Agustín me quedo con lo bueno. Fue una persona que me ayudó desde el principio y entiendo que ahora pueda estar así, pero con el paso del tiempo todos lo veremos desde otra perspectiva. Ellos como club defienden sus intereses y a mí no me ha molestado para nada lo que se ha dicho. Ahora mi cabeza está en el Real Zaragoza.

-¿Su relación con Lasaosa y con Petón ha quedado dañada?

-Por mi parte no. Dentro de mi agradecimiento hacia la SD Huesca está haberme dejado la vida por el club, tanto en horas como intentar hacer las cosas bien, pero igual que pasará aquí. Me fui con la conciencia muy tranquila, pero es una cuestión laboral y seguirá ocurriendo en el fútbol.

-¿En su llegada fue decisiva la figura de Luis Carlos Cuartero?

-Partíamos con la ventaja de que ya había trabajado aquí. Entonces me conocían en lo bueno y en lo malo. Con Cuartero ya estuve trabajando y, como director general, ha sido una figura importante para mi contratación.

-¿Sirve el modelo de la SD Huesca para el Real Zaragoza?

-Tengo la opinión de que para Segunda tenemos que firmar jugadores con mucho hambre y en el Zaragoza va a ocurrir lo mismo. En el jugador que venga aquí va a primar sobre todo las ganas de crecer y yo no miro las categorías de donde venga. No voy a firmar cinco jugadores de Segunda B ni cuatro ni tres, pero si vemos que hay un futbolista preparado lo traeremos. Parece que el modelo del Huesca es la Segunda B, pero su modelo es mirar todas las categorías, estar atentos y llegar al mes de marzo y tener cinco jugadores firmados para luego hacer retoques y hacer un proyecto para varios años. Nosotros nos incorporamos ahora y para algunas cosas llegamos tarde y para otras ya estamos trabajando. Además, el equipo todavía tiene que sacar la faena adelante.

-¿Para un director deportivo no saber dónde va estar todavía el Zaragoza la próxima temporada entorpece su planificación?

-No, yo planifico en Segunda División. Para mí cambiar todo para Primera sería un bendito problema. Desde luego que para Segunda B no estoy planificando nada. En Segunda yo planifico para hacer un equipo fuerte y competitivo y cuanto antes mejor.

-¿Qué hubiera cambiado de la plantilla de esta temporada?

-Eso me lo voy a guardar para mí, pero ahora mismo nada. Para mí los jugadores y el cuerpo técnico que están son los mejores. Por eso los voy a apoyar en todo lo que pueda. Ellos son los responsables de nuestro futuro.

-Pero algo ha fallado porque el equipo se encuentra abajo.

-Pero también quiero concienciar a la gente de lo difícil que es la misión que tenemos. Una vez que tú has gastado tu seguro de descenso hay tal desigualdad entre los tres equipos que han bajado y el resto que tienes que hacer una hazaña increíble para ascender. No es lo mismo hacer una plantilla con cinco que con los once que tienen ellos. Nosotros no podemos competir con eso y no nos podemos plantear pagar en los siguientes años un traspaso por nadie. Por eso tenemos que ir al futbolista libre y al que tiene mucho hambre porque viene de hacerlo bien en Segunda División. Y para eso debemos estar atentos y conseguirlo por un precio que queremos pagar.

-¿Va a tener mayor protagonismo que en el Huesca a la hora de confeccionar el equipo?

-Creo que la gente tiene una percepción del Huesca totalmente equivocada. En la temporada 2015-2016 solo tuvimos un jugador de Bahía y eran 25, mientras que en la de esta hay tres. Allí había una figura del director deportivo con plena autonomía e independencia para todo. Eso quiero que quede muy claro.

-¿Y hay más presión que allí?

-La presión es mayor porque yo vivo el día a día aquí. Me dejo la vida igual en mi trabajo. No hay día que no haya alguien que me diga algo del club. Por eso tienes un poco más de responsabilidad al margen de que hay un componente emocional muy grande. Yo he jugado aquí y me quedaba a ver los entrenamientos del primer equipo. Ahora veo a Alberto Belsué, que es el delegado del equipo, y le doy un abrazo todas las mañanas. Aquí tiramos todos del carro y queremos que el Real Zaragoza esté cuanto antes donde creemos que se merece.

-¿Cómo influye la presión de que solo valga ascender?

-A día de hoy no he notado esa presión. De momento la gente ha sido muy cariñosa conmigo y he notado mucho afecto dentro del club. Me he encontrado un club muy organizado, mucho más que cuando me marché, y, además de contar con el apoyo de Carlos Cuartero, hay un consejo que delega en todo el trabajo. Hay total libertad para trabajar. Lógicamente hay presión porque en el Zaragoza solo hay un objetivo. Yo prefiero trabajar en sitios que haya esta presión que no donde no pasa nada jornada tras jornada.

-¿Por qué cree que el Real Zaragoza no ha dejado de ser desde que usted se fue una verdadera trituradora de jugadores, entrenadores y directores deportivos?

-Porque a lo mejor no se ha dado con la tecla correcta a nivel deportivo. Por aquí han pasado buenos futbolistas y luego han rendido en otros equipos. Yo sé que voy a iniciar el proyecto y que en ese proyecto no va a haber muchos cambios de una a otra temporada. Por eso hay que hacer primero un equipo, en lo que influyen muchas cosas y tenemos muchos mecanismos para conseguirlo. Lo que tengo muy claro es que mi idea no es hacer una plantilla que cada año cambie 14 jugadores. He firmado contrato hasta junio del 2019 y mi objetivo lo tengo claro hasta esa fecha.

¿Y cómo se distingue un buen futbolista?

-En lo primero que me fijo es en si es competitivo o no. Me pueden gustar muchas cosas que haga pero si sin balón no es agresivo y cuando tiene que morder no es agresivo y no ayuda al compañero o se cree que está por encima del equipo, ya no me vale. Tiene que anteponer lo colectivo a lo individual y ser discreto.

-Hay algunos jugadores que están teniendo mucho peso específico en la plantilla, como Ángel, Marcelo Silva y Cabrera, que terminan contrato. ¿Ya han realizado algún movimiento para lograr su continuidad?

-El martes, que fue cuando me presentaron, ya había hablado con los agentes de estos jugadores y posteriormente me he reunido y negociado con ellos. Por eso muchas veces la cuestión es estar en marcha. Estos tres futbolistas son muy importantes en el día y día. Hay prioridad de que estén y hay predisposición por las dos partes para continuar. Estamos ahora en una zona intermedia en la clasificación, pero la vida sigue y la próxima temporada será otra historia. El futbolista sabe que en Segunda no hay una plaza con 20.000 socios como Zaragoza y eso, aunque haya presión porque la gente lleva muchos años esperando un ascenso que no se produce, también lo tienen en cuenta. Yo dejo la puerta abierta a todos los jugadores que tenemos ahora, porque nos quedan por jugar los partidos más importantes. Tienen que demostrar todos, los que cuentan con más contrato y los que no.

-¿Y en cuanto a posibles fichajes ya ha iniciado alguna gestión?

-La semana pasada ya me puse a trabajar y creo que tengo claro lo que nos hace falta y el perfil de jugador que va a venir. Ya estamos hablando con algunos futbolistas, porque mi idea es llegar a la pretemporada con la base del equipo cerrada.

-Con la incorporación de José María Barba cierra ya su equipo de trabajo.

-En Segunda, sí. Yo cuento con Javi Suárez para la dirección deportiva y Barba será el secretario técnico. Si hubiera un ascenso habría que ampliar el equipo.

-¿Y para la cúpula de la Ciudad Deportiva piensa incorporar más gente?

-En principio no, pero primero tengo que analizar cómo se están haciendo las cosas. Ahora mismo mi prioridad es el primer equipo, pero en principio no espero cambios ni ahora ni de cara al próximo año. Poco a poco tendré tiempo de ir viendo todo.

-Para usted también habrá sido un alivio la victoria frente al Numancia.

-Claro, porque empezar las semanas con derrotas te hacer estar cabizbajo. Yo vi al equipo con mucho interés, con mucho trabajo, muy disciplinado y sabiendo lo que se jugaba. Además vi a La Romareda disfrutando por momentos con su equipo. Creo que esa es la única línea. Ahora vamos a Córdoba para jugar un partido muy similar a ese. Hay que ir paso a paso, no nos queda otra.

-¿Cómo se ve el futuro ahora?

-Yo lo que creo es que nos va a costar mucho ganar en Córdoba. No me planteo más. Estamos en una situación en la que el ganar nos permitirá seguramente creernos que vamos a aspirar a algo, porque aquí somos así, pero yo solo me plantearía que el equipo compita, que vuelva a recuperar las buenas sensaciones, que cambie esa dinámica negativa a positiva, porque seguro que si se gana en Córdoba enlazar dos victorias ya es importante en Segunda División. Y nada más. Si el equipo compite como el domingo será muy difícil de batir.

-En su presentación dijo que el playoff era una utopía. ¿Para usted poder llegar a disputarlo está descartado?

-Prefiero no pensar en eso, porque, en primer lugar, lo veo tan lejos en el tiempo, y en segundo, porque en la clasificación tenemos muchos equipos por delante. Creo que en el club no nos aporta nada pensar que podemos meternos en el playoff porque seguimos a ocho puntos. No me lo planteo, pero ya iremos viendo dónde estamos en el mes de abril o mayo.

-¿Eso quiere decir que ya dan la temporada por perdida y que solo aspiran a terminar el curso lo mejor posible?

-Pero no es lógico que nos estemos planteando algo del playoff cuando estamos a ocho puntos y tenemos un montón de equipos por delante. Creo que debemos ser más realistas y pensar en el día a día y en nuestro trabajo semanal. A día de hoy nuestro único objetivo solo puede ser el partido de Córdoba, porque pensar más allá no sirve de nada. Nadie va a renunciar a nada, pero de aquí a junio pueden pasar muchas cosas.

-Pero es duro para un club como el Real Zaragoza estar en la situación actual cuando el objetivo era encontrarse luchando por el ascenso.

-Nadie ha dicho que demos la temporada por perdida, porque no sé la clasificación que podremos alcanzar al final de la Liga. Estoy seguro de que podremos sacar aspectos positivos de esta temporada y yo me quedaré con eso. Nosotros no descartamos ningún objetivo, ni en lo positivo ni en lo negativo, pero vamos a tener los pies en el suelo.

-¿Raúl Agné se ha visto favorecido por la situación que vive el equipo y estar lejos del playoff para continuar en el puesto?

-Para mí el tema de Agné es un tema cerrado. No tengo que decir mucho más.

Entonces, salvo hecatombe, lo normal es que Agné termine la temporada.

-En todos los clubs si hay una hecatombe de cinco partidos seguidos perdiendo puede suceder algo, pero, tras hablar con el míster y con varios jugadores de la plantilla, creo que la solución no es el cambio de entrenador. El míster está dando todo lo que tiene y no tengo ninguna duda que es bueno para la situación en la que se encuentra el equipo ahora. Nosotros debemos dejar trabajar, transmitir confianza y ayudar en todo lo que podamos. Lo normal, sin ninguna duda, es que Raúl Agné acabe la temporada.

-¿Y tendría alguna opción de seguir la próxima temporada?

-Yo dejo la puerta para seguir a todos y lo digo de verdad. Quedan 14 partidos muy importantes y no sabemos en qué puesto vamos a quedar. No sería ético cerrar una puerta a la continuidad de nadie tanto de jugadores como del cuerpo técnico. No me quiero pillar las dedos en lo que vaya a decir, porque igual luego le acabamos haciendo un monumento. Aún hay posibilidades de todo, de lo bueno y de lo malo.

-¿Con usted se va a contar definitivamente con la cantera para el primer equipo?

-Yo tengo dos teorías. Primero que no se van a subir seis jugadores del filial al primer equipo, eso no. Se hará una incorporación progresiva y habrá dos o tres jugadores de la cantera fijos en la primera plantilla. Cuento que para el año que viene ya hay tres canteranos, que son Ratón, Cani y Zapater. Además no nos tenemos que olvidar que el filial está compitiendo en Tercera y que hay muchos jugadores que ni siquiera han jugado en Segunda B. La solución del Zaragoza tampoco pasa por apostar por seis jugadores de la cantera. A mí no me sirve de nada subir un jugador para cuatro partidos y que luego desaparezca del primer equipo. Si sube tiene que ser con todas las consecuencias.

-Y también es importante que la gente joven sepa dar la talla en todos los sentidos.

-Veo ahora cosas en la gente joven que no me gustan y que quizás sea porque no las he vivido. Quiero decir gilipolleces como la música o los móviles. Hay que ser sensato en el vestuario y compañero. No me gustan los excéntricos y eso les penalizará para subir al primer equipo. Los buenos futbolistas son gente muy competitiva. En igualdad de condiciones vamos a apostar siempre por la cantera.

-En los últimos años se han marchado varios jugadores jóvenes con una buena progresión. ¿Con usted eso se va a cortar?

-Si el jugador quiere sí. Aquí, en la situación en la que estamos, el primero que tiene que estar ansioso por ser jugador del Real Zaragoza es el futbolista, porque el club no puede retener a un futbolista que quiere marcharse. Queémás querríamos nosotros que a un jugador con 16 o 17 años lo quiera un grande de España y le diga que no y siga con nosotros.

-Pero también el club ha ingresado importantes cantidades por la salida de esos jugadores.

-Desconozco qué cantidades se han cobrado, pero la idea es no vender a nadie y que el jugador siga progresando. Aquí tienen que jugar los que quieran jugar en el Real Zaragoza.

-¿Pero el Real Zaragoza tiene peor cantera que clubs como el Athletic o la Real Sociedad?

-Yo soy radical en esta cuestión y tiene que ver con el cuerpo técnico del primer equipo. Es una responsabilidad mía elegir a ese cuerpo técnico y marcarle unas directrices antes de realizar su contratación.

-¿Pero en Aragón hay futbolistas del nivel de otras regiones con mayor dedicación canterista?

-Por ejemplo, aquí no tenemos cinco o seis equipos en División de Honor juvenil para tener cien jugadores en esa categoría y dos o tres equipos en Segunda B. Y lo segundo sería contar con un fútbol base más competitivo y que el Zaragoza perdiera Ligas en infantiles y cadetes y que aprendamos a desarrollarnos también desde la derrota. Hay cosas que hay que mejorar y dar oportunidades, pero los chicos tienen que estar preparados y tener personalidad. Yo veo a Raí y, por su trayectoria, ya sé que va a demostrar que tiene personalidad.

-¿Quién es el director deportivo modelo en el que se mira?

-Trabaje con él en el Villarreal y era un icono para mí Antonio Cordón, que se fue al Mónaco. Pero también hay otros, aunque no con tanto nombre como Cordón. Un director deportivo bueno no tiene días de fiesta y siempre atiende el teléfono.