El Real Zaragoza goleó ayer con comodidad (0-11) al FC Boltaña, que milita en Primera Regional, en el primer test de la pretemporada. El conjunto zaragocista consiguió cuatro tantos en la primera parte y en el segundo periodo cerró la cuenta con siete dianas más. Ángel, que entró tras el descanso, fue el autor de tres tantos, mientras que Dongou, que fue el punta titular, consiguió dos. Luis Milla utilizó un equipo diferente en cada periodo, pero de inicio puso un once formado por más teóricos titulares, donde tuvo ya cabida el rumano Razvan Popa, que se había incorporado al equipo el jueves por la noche junto al portero Xabi Irureta. Este último no tuvo todavía minutos de juego. Debutaron todos los refuerzos llegados hasta ahora a la plantilla zaragocista este verano menos Irureta.

Milla utilizó en todo un momento un sistema de juego 4-1-4-1, con Zapater de pivote en el centro del campo en la primera parte y el polaco Wilk en la segunda. La inferioridad del rival no permitió al técnico turolense sacar demasiadas conclusiones, pero el Zaragoza tuvo momentos de buen fútbol e intentó salir siempre con el balón jugado desde atrás. En el minuto 23 del encuentro el conjunto zaragocista ya ganaba por 0-4. En el primer periodo se descolgó con acierto desde el centro del campo Javi Ros para tratar de subir el balón desde atrás, mientras que Xumetra mostró en varias acciones su velocidad por la banda derecha.

CANI Y ZAPATER Los destellos de calidad llegaron por parte de Cani y Zapater, que volvieron a demostrar que se encuentran preparados para ser unos jugadores importantes en los planteamientos de Luis Milla. El técnico todavía no ha podido preparar a conciencia las jugadas a balón parado, pero ayer decidió que, por ejemplo, los córners se ejecutaran en corto y de ese modo llegaron dos de los cuatro tantos de la primera parte.

Tras el descanso, el FC Boltaña empezó a acusar el esfuerzo conforme fueron pasando los minutos y el Real Zaragoza, mucho más fresco por jugar con otro once diferente, aprovechó la tesitura para marcar sus últimos cuatro goles en el último cuarto de hora del encuentro. Y eso que el portero local Oriol evitó con sus intervenciones que el cuadro local pudiera encajar más tantos. En el segundo periodo causó una buena impresión Pombo, autor de un tanto, que jugó con el desparpajo que suele hacer habitualmente. De los jugadores del filial también estuvo bien Andrés Barrera. El Zaragoza tuvo incluso más llegadas que en la primera parte y siguió intentando llegar siempre al área tratando de tocar el balón.

Luis Milla dijo tras el encuentro que todavía deben mejorar en muchas cosas, pero el Real Zaragoza, independientemente de la endeblez del rival, dio la impresión de que empieza a coger el estilo que desea el técnico turolense. Juego combinativo y acciones rápidas para tratar de sorprender al contrario.