El pam, pam de Wily, como un día tuvo Popovic la ocurrencia de calificar la intermitencia del delantero brasileño, se ha apagado del todo en las últimas semanas. Hasta ahora, su rendimiento, más que aceptable con Víctor Muñoz y discreto con el entrenador serbio, que le relegó a un rol secundario, había tenido altibajos. Ahora, directamente no tiene nada. De hecho, el punta solo ha jugado 19 minutos, en campo del Betis, en las últimas cuatro jornadas. Sí, Willian se ha apagado.

No tuvo ni un minuto estando en el banquillo en la victoria en La Romareda contra el Numancia, en las tablas en El Toralín ante la Ponferradina y en el triunfo en casa frente al Albacete. Así, su entrada en el campo en el minuto 71 en Villamarín para sustituir a Pedro en un partido que ya tenía un 2-0 en contra y que acabó con un 4-0 es su última comparecencia en el césped.

Asegura Popovic, en público y en privado, que ha hecho todo lo posible con el brasileño, de carácter tímido, introvertido y con poca facilidad para las relaciones sociales. En el jugador se adivinan condiciones de buen delantero y con Víctor subrayó una notable capacidad para hacerle el trabajo sucio a Borja. Ya se sabe, bajar balones, pelearse con los centrales, abrir huecos... Y para el técnico aragonés fue indiscutible.

Con Popovic la historia ha cambiado. Se negó de forma pública a jugar en banda tras aparecer en el carril en Albacete y el serbio ha sacado en muchas ocasiones su nombre en sus comparecencias, en teoría con una finalidad motivadora que en todo caso no ha surtido efecto. O no demasiado.

Tras su mejor momento

Antes de estas cuatro jornadas de una casi total desaparición que también tiene la justificación de la recuperación de futbolistas lesionados, como Jaime o Álamo, Willian vivió su mejor momento con Popovic, con tres titularidades consecutivas (Racing, Alcorcón y Tenerife) y casi media hora ante el Sporting. Momento efímero eso sí. Sustituyó a Borja, sancionado ante el Alcorcón (jornada 31), y marcó un buen gol, si bien fue blanco de las iras del serbio por su segunda mitad, que el entrenador calificó de desastre. En Santander, en la jornada 30, dio la asistencia del segundo gol al pichichi, mientras que su última presencia en la alineación fue en el Heliodoro, en la 32 cita liguera, en un partido en el que pasó de puntillas y fue relevado en el 80.

Willian apunta a dejar una temporada sin pena ni gloria, donde se ha hablado más de él que de los méritos que ha hecho en el césped. 29 partidos, 15 de titular y 1.533 minutos, para sumar cinco goles, muy lejos aún de los 15 que prometió en su presentación. Quedan las citas decisivas, las que pueden cambiar cosas, pero parece obvio que Willian, que llegó cedido, no tendría espacio en el Zaragoza del próximo curso.