Es posible que el discreto objetivo de la permanencia se logre con los 48 puntos que el Zaragoza ya tiene en el bolsillo. Sin embargo, ni César Láinez ni su plantilla ni el club quieren un ápice de confianza, porque un hipotético descenso supone una realidad en Segunda B de funestas consecuencias. Parece que el equipo aragonés la ha regateado casi por completo, pero resta por alcanzar la orilla absoluta. Una victoria ante un Rayo Vallecano en parecida situación y de similares vivencias podría dar el pase matemático en caso de que no ganaran Nástic, Mallorca y Elche o que solo uno de ellos venciera y no lo hiciera el Alcorcón.

Pero, aunque la realidad no fuera matemática, ese triunfo ante el Rayo supondría a todos los efectos la permanencia en Segunda y el pistoletazo definitivo para el próximo curso. Es verdad que después quedarán dos citas, en Montilivi ante un Girona que roza el ascenso directo y la visita del Tenerife a La Romareda, pero mejor no tardar más en poner ese gris y triste broche a la mediocre temporada, la peor en su historia reciente y gran parte de la pasada en la categoría de plata, lo que para un club acostumbrado a vivir entre la nobleza de Primera es mucho decir.

EL FACTOR DEL CALOR / En un duelo que estará marcado por el calor, muestra de la falta de tacto con los horarios de la Liga, el Zaragoza necesita volver a ganar en La Romareda, donde en este 2017 es una calamidad, con solo dos victorias, ante Numancia y Mallorca, en 10 partidos. El Municipal está lejos de ser un fortín, es un sumidero de puntos, otra mala noticia en una temporada terrible. Por eso, cuanto antes hay que cerrar la persiana y, dada la errática trayectoria del equipo ante su gente, un zaragocismo tan fiel como hastiado, mejor hacerlo con un triunfo casero para dar una pequeña alegría.

Viene el Zaragoza de sumar dos puntos de 12 y de haberse atascado tras la reacción con la llegada de Láinez. En los resultados y en lo futbolístico. En Oviedo sumó un punto jugando rematadamente mal, pero sabiendo sufrir y el TAD estuvo acertado el viernes al darle la cautelar a Marcelo Silva y a Ratón para que no penalizaran las cartulinas que vieron ambos en el Tartiere.

POMBO Y LANZAROTE / Silva y Ratón estarán en un once donde el mal partido en tierras asturianas hace prever cambios. Parece que Xumetra y Cani volverán al banquillo y Pombo y Lanzarote al equipo tras ser suplentes en Oviedo. Lo más probable es que el técnico recupere el bloque que le ha dado las tres victorias en los nueve partidos que lleva.

El Rayo, descendido el curso pasado y con el mayor límite salarial de Segunda (más de 13 millones por los poco más de cinco del Zaragoza), ha vivido un curso de terror, en el que pareció que se iba camino de Segunda B. La llegada de Míchel frenó la caída y ha dejado al equipo madrileño a un paso de la permanencia. Lo quieren dar hoy, donde no contarán con Trashorras, su faro en la medular. Es una plantilla repleta de jugadores con pasado en Primera y de un nivel elevadísimo, por lo que no será fácil la victoria para este Zaragoza, que ya está a un paso de la orilla. Hoy toca alcanzarla por fin.