Dos goles en los dos últimos partidos, en el empate ante el Sabadell y en la victoria contra el Alavés, dejan constancia de la capacidad rematadora de Borja Bastón, que de momento ha empezado la Liga, en sus 4 primeros partidos como zaragocista, con la intención de confirmar su condición de pistolero, de jugador en quien depositar un importante porcentaje de las dianas del equipo y, por tanto, la posibilidad de pensar en un posible retorno a la élite. Borja anotó 10 tantos el curso pasado con el Depor, su mejor marca en la categoría de plata, y todos sirvieron para que el cuadro gallego sumara puntos, una virtud que mantiene de momento aquí.

El delantero cedido esta temporada por el Atlético ha dejado patente en esas dos dianas con su nueva camiseta que en él habita un buen rematador. El gol ante el Sabadell es un cabezazo de manual tras un buen centro de Javi Álamo y ante el Alavés controla un balón en profundidad de Dorca y bate a Manu con un remate con el exterior. En la primera parte del sábado pasado, Borja embocó ese gol, le anularon otro por fuera de juego y Manu le sacó un balón tras un disparo ajustado después de zafarse de Laguardia. Es decir, pura eficacia en su trabajo.

Con 22 años recién cumplidos, esta temporada puede ser la de la explosión de Borja. Tras anotar 12 tantos en el filial del Atlético en la 09-10, las tres últimas campañas las ha pasado en la categoría de plata. En el Murcia en la 11-12 hizo cuatro dianas en 20 encuentros, en el Huesca se fue hasta las 9 en 31 y el curso pasado en el Deportivo llegó hasta las 10 en 33 citas. Su reto es superar esa cifra, continuar la progresión y ser vital en la temporada del Zaragoza. De momento, es indiscutible para Víctor, que le señaló también por el error defensivo en el tanto del Sabadell, pero que ha dado su plena confianza al ariete, titular desde que llegó al equipo.

El curso pasado Borja empezó con 5 dianas en los diez primeros encuentros del Deportivo, una de ellas al Zaragoza (1-1), dos al Sabadell (3-0) y otro doblete al Hércules (2-0). Después, se estancó, pero aún así colaboró en los triunfos ante el Alavés (2-1), el Córdoba (0-1) y el Mallorca (0-3) y en los empates con el Numancia (3-3) y con el Alavés (1-1) en Medizorroza. Sus goles contribuyeron a 18 puntos del Deportivo, que ascendió. Fue, además, el sexto mejor rematador a portería de la Segunda (49) y el quinto de cabeza (11).