Está casi todo dibujado en el proyecto del Real Zaragoza 2016-17. Narcís Juliá y los componentes del cuadro técnico han acelerado la incorporación de futbolistas durante el mes de julio, hasta tal punto que al equipo le podría bastar con otras dos incorporaciones antes de que concluya el mercado estival. Falta, seguro, un delantero centro de un perfil bien diferente a Dongou y Ángel, aunque esta es la incorporación más complicada y puede que no se produzca hasta los últimos días del verano, incluso con la Liga empezada.

La otra pieza que faltaría por hallar es un hombre de banda, un jugador que llegase a cubrir el espacio que parecía destinado a Manu Lanzarote, al que Narcís Juliá descartó recientemente, una vez que el jugador decidió no continuar otra temporada en el club aragonés. El zurdo catalán, de momento, no ha encontrado destino.

Queda abierta la opción del centro de la defensa, donde Luis Milla cuenta ahora con tres futbolistas tras las incorporaciones de Marcelo Silva y Razvan Popa. No existe una determinación absoluta en el club de contratar otro futbolista para esa posición en la que también puede jugar Diego Rico, el lateral zurdo que ya ha caído al centro en más de una ocasión en las dos últimas temporadas. Faltaría por asegurar la continuidad de Cabrera, que ha tenido ofertas para dejar el Zaragoza pero que se mantiene en el club aragonés, donde hay optimismo y confianza, casi seguridad, en que seguirá vistiendo de blanquillo.

Así que quedan dos o tres movimientos en la plantilla como mucho, que se producirán en función de las necesidades y los movimientos del mercado. Otra cosa serán las salidas, ya que el Zaragoza todavía debe aligerar peso en cuanto a número. Hasta ahora han llegado nueve futbolistas: el portero Irureta; los centrales Marcelo Silva y Popa, los laterales Fran Rodríguez y Jorge Casado, el volante Álex Barrera y el extremo Xumetra, además de Cani y Zapater. El cuerpo del equipo está hecho, con tiempo para trabajar. Faltan las dos guindas.