El Real Zaragoza necesitaba ganar ayer en El Alcoraz para asegurarse cuanto antes una plaza en la promoción de ascenso, pero no pudo pasar del empate pese a retirarse al descanso con ventaja en el marcador y jugar toda la segunda parte en superioridad por la expulsión de Machís en los últimos instantes del primer periodo. Ahora se coloca sexto en la clasificación y con un futuro incierto en las dos últimas jornadas de Liga. Enfrente tuvo a una SD Huesca que empujó más y que se queda a un solo punto de cerrar su permanencia en Segunda División.

Lluís Carreras incluyó más cambios de los esperados en la alineación inicial en El Alcoraz. Como se esperaba dio entrada a Abraham y a Pape Diamanka por los sancionados Diego Rico y Javi Ros, pero también puso en ataque a Dongou en lugar de Ángel y colocó en la banda derecha a Pedro por Freddy Hinestroza, que, con molestias, fue el jugador descartado por Carreras. En cambio, Juan Antonio Anquela, entrenador de la SD Huesca, utilizó de inicio el equipo con el que había ensayado durante la semana. Solo introdujo el cambio obligado de Tyronne por Alexander González, que se encuentra concentrado con la selección de Venezuela, con relación al once que se había puesto en campo del Leganés (2-3).

El Real Zaragoza estuvo desaparecido en ataque hasta el minuto 26 del encuentro, pero tuvo la virtud de materializar en gol la primera oportunidad clara que se le presentó. La jugada nació en las protestas de los locales por una mano involuntaria fuera del área de Pape Diamanka a disparo de Juanjo Camacho. Pedro aprovechó esa circunstancia para mandar un balón largo a Dongou y el punta camerunés batió por bajo a Leo Franco en su salida. Hasta entonces, la SD Huesca había estado mejor plantada sobre el terreno de juego, pero sin llegar a crear verdadero peligro sobre la portería defendida por Manu Herrera. Los oscenses se conformaron con bombear balones sobre el área zaragocista que casi nunca encontraron rematador y encajaron el gol cuando mejor estaban empezando a jugar. Todo ello gracias a que Fran Mérida, su jugador de más calidad, maniobraba a sus anchas en la zona medular.

El tanto del Dongou tranquilizó al Zaragoza, que hasta ese momento se había limitado a contemporizar, y provocó cierto desconcierto en las filas de la SD Huesca, que en el minuto 43 pudo empatar por medio de Luis Fernández en el lanzamiento de una falta directa que despejó Manu Herrera con una buena parada. Las cosas no se pudieron poner más de cara para el conjunto zaragocista en los últimos instantes de la primera parte cuando el árbitro mostró la segunda tarjeta amarilla a Machís, que en el minuto 36 había sido injustamente amonestado por una falta cometida por su compañero Iñigo López. El Real Zaragoza se retiraba al descanso ganando y contra un rival en inferioridad.

ESPERPENTO ZARAGOCISTA

Pero el esperpento del Zaragoza llegaría en la segunda parte del encuentro. Los jugadores de Carreras salieron a pasar el rato pensando que quizás lo tenían todo hecho y cuando quisieron darse cuenta la SD Huesca había puesto el empate en el marcador. El tanto fue de Samu Saiz, que poco antes había entrado en el terreno de juego para sustituir a Juanjo Camacho. Saiz se fue por velocidad desde el centro del campo y lanzó un trallazo que se coló por la escuadra de la meta de Manu Herrera. El gol de empate se produjo cuando el Huesca estaba con nueve jugadores porque Íñigo López llevaba varios minutos en la banda siendo atendido por un golpe. Poco después el árbitro pasó por alto un agarrón de Christian Fernández sobre Manu Lanzarote, que ayer estuvo desconocido y casi no pudo crear acciones de peligro.

Al Zaragoza y a Carreras le entraron de repente las prisas. El técnico catalán hizo incluso reaparecer a Jaime Romero, que sustituyó a Pedro en el minuto 70. El extremo manchego se afanó por llevar el peligro desde la banda izquierda sobre la portería de Leo Franco, pero ni él ni sus compañeros pudieron volver a marcar. El Zaragoza tuvo el dominio en la recta final del partido, pero el Huesca supo defenderse con orden y asegurar el empate que le dejaba a un solo punto de certificar su permanencia en Segunda División. Los locales jugaron casi siempre con más empuje que los zaragocistas y sumaron un merecido punto.

IMPOTENCIA

Mientras tanto, el Real Zaragoza tendrá que seguir peleando para tratar de cerrar su presencia en la promoción de ascenso. Ayer lo tuvo todo a favor para ganar El Alcoraz, pero no supo lograr la victoria en un partido que se le puso de cara en la primera ocasión que tuvo para marcar y contra un rival que jugó toda la segunda parte en inferioridad. El Zaragoza dio síntomas de impotencia en esos momentos y cuando empató el Huesca tampoco tuvo la decisión suficiente para irse a por el triunfo. Quedan dos jornadas de la Liga regular y ahora debe pensar en ganar ya al Oviedo, en La Romareda, para poder seguir aspirando al ascenso.