No es el Zaragoza más brillante pero, desde luego, sí es efectivo. Empieza a serlo en las dos áreas, como reclama su técnico, aprovechando bien sus ocasiones arriba y minimizando los daños y errores atrás. En Lorca no protagonizó un partido vistoso, Febas aparte, pero sumó los tres puntos y volvió a dejar la portería a cero sin sufrir más que en momentos muy puntuales. El crecimiento de este Real Zaragoza es evidente y continuado, en juego, en control de los partidos y, al fin, en resultados. El equipo de Natxo González ha logrado por primera vez dos victorias seguidas y hace ya cuatro partidos que no conoce la derrota.

Quizá Oviedo fue el punto de inflexión, con aquella segunda parte en la que jugó como nunca aunque se le resistió el gol. Aquel día no ganó el partido pero sí reafirmó su fe en la idea de cómo debía ser como equipo. Una idea de la que no se desvía y que le permite ser paciente aun cuando el fútbol se le atasca, como fue el caso de ayer. Le faltó fluidez en el centro del campo, le costó llegar salvo cuando el balón pasaba por las botas de Febas. Ganó igual.

Del ilerdense nació todo lo bueno del equipo aragonés, aunque al Zaragoza le costó tener ocasiones claras. Tampoco tuvo muchas el Lorca, que buscó a base de toques las debilidades aragonesas sin encontrar muchas. Esta vez no hubo errores graves en defensa, Cristian Álvarez detuvo un par de balones que iban dentro y, la única vez que el guardameta no atrapó el balón por alto, Fran Cruz remató fuera.

El partido fue feo en general pero el Real Zaragoza supo llevarlo a su terreno. No fue el Zaragoza más bonito pero sí el más efectivo. Ha ganado los dos últimos partidos marcando cinco goles y no recibiendo ninguno, lo que le permite mejorar sustancialmente sus medias. Ya acumula doce goles, siete de ellos en los tres últimos encuentros, y ha detenido el número de tantos en contra en 9. Ganar partidos como el de ayer, en los que el dominio no es tan evidente ni sobran las ocasiones, es clave para que un equipo como el Zaragoza escale y se sitúe en la zona alta de la tabla. Para que pueda soñar con algo grande, a su altura.