Si antes del partido le preguntaran a Raúl Agné si firmaba el empate, la respuesta hubiera sido negativa. En el descanso, con un gol de ventaja y en tu propio estadio, más de lo mismo, pero tal y como se desarrolló el partido en la segunda mitad, «me marcho contento con el punto», reconoció en la rueda de prensa posterior al partido. El entrenador ensalzó que sus jugadores consiguieran «sacar la casta y un poco de fútbol suficiente para lograr el empate», aunque «cuando me pongo 1-0, quiero que los jugadores crean que está ganado, así que hemos perdido dos puntos».

El insuficiente empate en casa y los dos goles encajados no cierran la brecha abierta en la línea defensiva del Real Zaragoza, y Agné se siente el «responsable porque el entrenador es el que tiene que apoyar al futbolista». El técnico volvió a echar mano de un recurso ya utilizado por Milla en el Sánchez Pizjuán: José Enrique de central, Casado al lateral y, por consiguiente, Bagnack fuera del once. «Hay que entender las circunstancias, sin señalar a nadie», dijo echándole un capote al camerunés. Y las circunstancias indican que al Real Zaragoza le faltan efectivos. Sobre ello, Agné se mostro tajante: «necesitamos ir recuperando gente como el comer».

A pesar de los dos goles encajados, a Raúl Agné el cambio de posición de José Enrique le «compensa», sabiendo «que con él me la juego». Todo ello, a pesar de que aseguró que no le gusta «mover piezas atrás y si son muchas, menos todavía, pero nos toca convivir con ello». «Mover pieza en según qué líneas para un entrenador es relativamente fácil», añadió.

Resueltas las dudas sobre su decisión de poner a José Enrique de central y dar entrada a Jorge Casado, Agné se puso serio sobre la actuación de la zaga. «Tenemos que mejorar defensivamente, no podemos encajar tanto y con tan poco. Si te generan muchas ocasiones… pero ha venido un equipo que ha tenido dos ocasiones y forzadas por nosotros. Defensivamente hay que ajustarse ya porque no siempre vas a poder levantar un partido», aseveró con contundencia.

Sobre el gol del empate a uno del Reus, el preparador aragonés aseguró que «cuando a ellos más les costaba, llega un desajuste defensivo que no nos podemos permitir». Sin embargo, para Agné «el segundo gol es más grosero. El primer balón de cabeza te lo ganan y en el segundo está solo para marcar».

Sin embargo, el entrenador consideró que, a pesar de la falta de efectivos y la poca confianza en otros, «podemos ser una buena defensa sin Marcelo Silva, pero debemos entender que no hay que regalar oportunidades».

Las carencias defensivas se encuentran en el ojo del huracán del empate del Real Zaragoza, aunque tampoco el equipo estuvo excesivamente fino con el balón en los pies. Según Agné, tener más o menos posesión y precisión en el pase «no es cuestión de jugar con cuatro o cinco centrocampistas». «Tenemos unas virtudes y unos defectos, como todos los equipos. Debemos crecer desde el balón, ser más protagonistas. Si nos toca correr detrás del balón somos más frágiles», añadió.

Sin embargo, no todo fueron errores propios, tanto en defensa como a la hora de crear juego y ocasiones, ya que Agné no quiso restar mérito al rival. «Enfrente teníamos un buen equipo como es el Reus y lo sabíamos. Te va durmiendo con el balón».

A pesar del punto en casa, las notas más positivas fueron la recuperación del olfato goleador de Ángel y los primeros minutos de Dongou tras su lesión, y con gol incluido, el del definitivo empate. «No está al cien por cien pero estoy muy contento por él y por ayudarnos a sacar un punto. Para empujarla estaba donde debía estar», recalcó Agné.